Tres procesiones recorrieron anoche las calles del casco antiguo de Badajoz, hasta bien entrada la madrugada, pues Nuestro Padre Jesús del Prendimiento tenía previsto salir de la Iglesia de la Concepción a la una de la mañana, en un desfile eminentemente penitencial y austero, que se transforma especialmente sobrecogedor cuando entra en la calle Soto Mancera y Norte para subir a la plaza Alta.

La primera cofradía que salió el Miércoles Santo fue la de San Andrés, que este año estrenaba un nuevo manto de terciopelo verde para la Virgen de la Esperanza. De esta iglesia partía uno de los pasos más emblemáticos de la Semana Santa pacense, el Descendimiento, a hombro de 50 costaleros, que cargan sus 2.800 kilos de peso.

Los momentos más emocionantes se viven a la entrada y salida de este paso, por la destreza de los hombres que lo sostienen, pues ya ha habido años en que ha llegado a rozar las paredes, ya que quedan apenas dos dedos a cada lado, según contaba ayer el hermano mayor, Antonio Rodríguez Tapia. Otros momentos singulares fueron el reencuentro con la Soledad y los reviraos en la esquina de Bravo Murillo con Arias Montano.

EN SANTO DOMINGO Un poco más tarde empezaba el bullicio ante la puerta de Santo Domingo, cuya cofradía es la única que saca cuatro pasos. Como singularidad, uno de ellos, la del Cristo de la Fe, es cargado a hombro de mujeres costaleras: 32 en total. Lo hacen desde 1997.

El otro lado de la moneda es Nuestro Padre Jesús Nazareno del Amparo, también el único paso de Badajoz que va todavía sobre ruedas. La cofradía intenta que esta situación cambie, pero es difícil, no hay costaleros y habría que reformar el paso. Otra singularidad es que la Virgen de la Piedad no va acompañada de nazarenos, sino con 50 mujeres de mantilla, explicaba el hermano mayor, Joaquín Rodríguez García.

Este año, la cofradía de Santo Domingo estrenaba el bordado del palio de la Virgen del Mayor Dolor, ya terminado, regalo de sus costaleros.