Dos semanas antes de que el virus hiciera su aparición oficial (aún no se sabe cuánto tiempo estuvo circulando previamente), la Junta de Extremadura no tenía entre sus planes suspender ningún evento en la comunidad a causa del covid-19. El sector turístico empezaba a sentir cierto recelo porque había recibido anulaciones de grupos asiáticos para los meses de marzo y abril, pero la Administración regional argumentaba que no había motivos para alterar el calendario de ferias y citas sociales previsto. El Womad, la Semana Santa, los festivales... todo seguía adelante. La realidad todavía era otra. Nadie esperaba una pandemia como la que ha paralizado el mundo.

El 1 de marzo, hace justo tres meses, todo empezó a cambiar. Salieron a la luz los cuatro primeros casos de coronavirus en Extremadura; todos los contagiados habían estado en el norte de Italia, el foco vírico en Europa. Ninguno de ellos registraba gravedad y permanecieron en aislamiento domiciliario; aún no había motivo de alarma.

Pero el número de contagios empezó a crecer tímidamente en los días posteriores y dos semanas después llegó la noticia: primera víctima mortal por coronavirus en Extremadura. Fue Claudia, la vecina de Arroyo de la Luz de 59 años que se contagió en un viaje de ocio a Sevilla. La localidad cacereña se convirtió en el primer foco y poco después la Junta decretó su aislamiento social para frenar el virus.

De las bromas y el quitarle importancia se pasó de golpe al Estado de Alarma y el confinamiento. Entonces ya todo empezó a ser distinto.

Los militares tomaron las calles para desinfectarlas y para decirle a quienes se atrevían a salir que se refugiasen en casa.

Los colegios se cerraron y la conciliación voló por los aires, los abuelos ya no podían ver a sus nietos porque eran población de riesgo.

La mayoría tuvo que aprender a teletrabajar y a hacer malabares para convertir el hogar en oficina, guardería y parque de ocio.

Otros, como barrenderos, cajeras de supermercados o limpiadoras (casi todas son mujeres) siguieron en primera fila. Ahora son llamados servicios esenciales.

También los sanitarios son denominados así; aunque durante las primeras semanas no les quedara otra que echar mano de bolsas de plástico para protegerse. Fue llamativo que el hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres se quedara sin neumólogos porque uno a uno fueron cayendo infectados por el covid-19. Es solo un ejemplo.

Las enfermeras (también son casi todas mujeres), que tratan directamente a los enfermos, han visto muy de cerca cómo el virus se ha llevado por delante a sus pacientes tras días y días en la UCI. Ahora su papel está más valorado que nunca. Está por ver la factura psicológica que traerá la pandemia.

El virus avanzó y la última semana de marzo los hospitales sufrieron la mayor presión. Ninguna UCI extremeña llegó a colapsar, pero las plantas tuvieron que transformarse.

La realidad más dura

Sin duda, la realidad más dura se ha vivido en las residencias de mayores, donde se han producido el 90% de las muertes por covid en Extremadura. La mayoría, en la provincia de Cáceres. Muchos de los mayores fallecieron sin volver a ver a su familia; las visitas se prohibieron con el Estado de Alarma para evitar contagios. Pero los trabajadores entraban y salían y al principio no les llegaron trajes de protección.

Y cuando ya el virus empezaba a remitir, llegó la muerte del primer sanitario por covid en la comunidad, un médico de familia del centro de salud de Nuevo Cáceres.

90 días después, la crisis sanitaria se empieza a controlar tras llevarse a 508 personas y contagiar a 2.965 (hasta ayer). Pero ahora vienen las heridas económicas. Miles de extremeños han sufrido un ERTE y Cáritas ya habla de un nuevo perfil de pobreza.

CRONOLOGÍA

14 de febrero - La Junta no planea cancelar eventos

«No hay motivos». Fue la respuesta en aquel momento de la Junta de Extremadura cuando se le preguntó si se planteba cancelar eventos a causa del coronavirus. Ni el Womad, ni la Semana Santa, ni las ferias ni los festivales corrían peligro entonces. Dos semanas después salieron a la luz los primeros casos de covid-19 en la región y todo cambió.

1 de marzo - Cuatro primeros contagios

Los primeros casos que se confirmaron en Extremadura fueron dos en el área de salud de Llerena-Zafra, uno en la de Cáceres y otro en la de Coria. Todos permanecieron en aislamiento domiciliario. Eran cuatro pacientes de edades comprendidas entre los 19 y los 58 años. Y todos ellos habían estado en el norte de Italia, el inicio de la pandemia en Europa.

11 de marzo - Primera muerte, en Arroyo de la Luz

Extremadura tuvo que contener la respiración el 11 de marzo, cuando se notificó la primera muerte en la región por coronavirus. La víctima fue Claudia, una vecina de Arroyo de la Luz de 59 años que se contagió en un viaje de ocio a Sevilla. La localidad cacereña se convirtió en el primer foco, y ha sido la única que ha estado en aislamiento social.

12 de marzo - Se anuncia el cierre de los colegios

Si bien el mismo día por la mañana el consejero de Sanidad y Servicios Sociales de la Junta, José María Vergeles, aseguraba que los colegios no se iban a cerrar porque no había motivos para ello, por la tarde tuvo que cambiar de opinión después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, diera la orden de cancelación de las clases.

14 y 15 de marzo - Estado de Alarma y confinamiento

Y de repente, todo cambió. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció que España entraba en Estado de Alarma y que la población debía quedarse en casa aislada y salir solo para lo imprescindible. Los militares tomaron las calles para desinfectar y para mandar a su domicilio a quien se encontrara en la vía pública sin justificación.

17 de marzo - Llegó el cierre de fronteras

Las fronteras dentro de la Unión Europea volvieron a existir y Extremadura lo notó especialmente por su relación social y económica con Portugal. De momento el país vecino ha prorrogado hasta el 15 de junio su cierre de fronteras con España, una realidad que está afectando y asfixiando a las economías locales a ambos lados de la Raya.

23 de marzo - Se alcanza el pico de contagios

Entre los días 23 y 25 de marzo Extremadura llegó al pico de la curva en la evolución de la pandemia. Fueron días duros de ambulancias que cada dos por tres llegaban con nuevos contagiados a los hospitales, que soportaron esa semana la mayor presión, tanto en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) como en las plantas habilitadas para covid.

25 de marzo - "No vengáis al pueblo"

El estado de alarma provocó la vuelta a los pueblos tanto de los extremeños que viven fuera por trabajo y conservan la vivienda familiar como de los que suelen veranear en la región. A las pequeñas localidades llegaron ‘nuevos vecinos’, sobre todo de Madrid, en los días que más confinamiento se exigía. Los alcaldes clamaron: «No vengáis».

27 de marzo - El virus se ceba con las residencias

Las residencias de mayores han sido las principales víctimas del covid-19 en Extremadura, especialmente en la provincia de Cáceres. La estadística de fallecimientos revela que el 90% de las muertes se han dado en estos centros donde se prohibieron las visitas y donde los ancianos murieron sin poder volver a ver a sus familiares.

7 de abril - Récord de muertes: 30 en un solo día

La jornada más dura en cuanto a víctimas mortales se vivió en Extremadura el 7 de abril: 30 fallecimientos registrados en un solo día. El mes de marzo se despidió con una cifra alta, 19 decesos, y durante los siguientes ocho días siguió rondado ese número. A partir de llegar al máximo (30), la curva empezó a caer y ya se han registrado varios días sin muertes.

26 de abril - Los niños ya pueden salir a pasear

El oxígeno para las familias llegó el domingo 26 de abril, cuando se permitió que los pequeños de la casa salieran una hora a la calle acompañados de uno de sus progenitores. Después se establecieron franjas horarias especiales para los mayores y los que salen a hacer deportes y ahora ya en Extremadura no existe ningún límite para estar en la vía pública.

11 de mayo - Aire para el comercio y la hostelería

Una semana antes el comercio ya podía atender con cita previa y la hostelería trabajar con comida a domicilio, no obstante el lunes 11 de mayo se ampliaron las opciones: desapareció la cita previa y se autorizaron los veladores, eso sí, solo al 50% para respetar la seguridad. Ahora ya se puede consumir dentro del local y a partir del 8 de junio, también en la barra.

24 de mayo - Primero jornada sin víctimas ni contagios

El 24 de mayo fue el día 0 en Extremadura, un nuevo punto de partida. La comunidad no registró esa jornada ningún fallecido ni ningún contagiado nuevo (confirmado por PCR). Hasta ayer, la pandemia se ha cobrado en la región 508 víctimas y han dado positivo 2.965 pacientes. El dato esperanzador es que ya hay 3.710 curados.

8 de junio - Llegará la fase 3: más 'normalidad'

A partir del próximo lunes Extremadura avanzará hacia esa ‘nueva normalidad’ con medidas más flexibles, pero el Estado de Alarma se mantendrá hasta el 21 de junio, lo que significa que hasta esa fecha no se podrá viajar entre la provincia de Badajoz y la de Cáceres con libertad, solamente por causas justificadas como el trabajo.