El tren debía salir a las 18.47 horas de Atocha. Los pasajeros accedieron a los vagones y cuando llevaban una media hora montados y sin arrancar, el revisor les informó de que se tenían que bajar porque había una incidencia. Un árbol había caído a la vía, de manera que estaba cortada. La solución que les dieron fue trasladarlos en autobús hasta Humanes, donde se incorporarían a otro servicio. Allí iniciaron el trayecto, pero aproximándose a Navalmoral de la Mata, el revisor les volvió a comunicar otro mensaje: debían bajarse en esta estación para, de nuevo, volver a cambiar de tren. ¿El motivo? Esta vez se habían quedado sin combustible para llegar a destino.

Lo cuenta la cacereña Andrea López, de 63 años, una de las pasajeras: «No es ya el tiempo de retraso, que fueron 45 minutos en total, es que necesitamos tres trenes y un autobús para ir de Madrid a Cáceres».

El incidente se produjo el pasado lunes en el Regional Exprés que, efectivamente, realizaba la ruta Madrid-Cáceres. «La segunda vez que vino el revisor a decirnos que nos teníamos que cambiar porque no había combustible, pensé: ¿dónde está la cámara oculta?», se lamenta López, usuaria habitual de este servicio. «Yo venía de Barcelona en AVE, imagina la diferencia...».

Un capítulo más que se añade al saco de incidencias que, con frecuencia, sufre el tren extremeño.