Margarita González Martín, pese a que en su familia no hay antecedentes, si vivió muy de cerca durante su juventud todo lo relacionado con la cestería, por aquel entonces muy pujante en su pueblo natal, Baños de Montemayor. Este ambiente que se respiraba en su localidad, y en otros municipios del Valle del Ambroz, entre los que se encuentran Hervás y Aldeanueva del Camino, sin duda influyó en la inclinación artística de esta artesana, que desde hace varias décadas reside en Jaraíz de la Vera, donde trabaja además la cerámica "y últimamente el arte floral", señala como si se tratara de un reto planteado y vencido a última hora.

Nos obstante, aclara que su profesión es auxiliar de clínica, si bien esto no es óbice para que sus ratos libres los dedique a la artesanía, incluida la docencia, y el modelado de diferentes figuras que son entregadas como premios, por ayuntamientos y colectivos organizadores de competiciones. En este capítulo de distinciones está incluida la Picota que el ayuntamiento de Jaraíz otorga cada año a personas, entidades o colectivos que destacan en la labor que realizan.

En cuanto a la enseñanza de la artesanía, Margarita González confiesa que "me encanta trabajar este aspecto", sin duda con la intención de que la saga de artesanos continúe viva, máxime teniendo en cuenta que se trata de una profesión muy atacada por las importaciones de productos en serie y la introducción del plástico en recipientes utilizados en el campo. "Antes se usaban banastas y cestas de madera para numerosos tipos de recolección de productos agrícolas, especialmente frutas, pimiento para pimentón y bellotas, además de llevar la comida a los trabajadores, en estos recipientes".

Precisamente de aquella época guarda sus primeros recuerdos relacionados con la artesanía cuando en Baños de Montemayor "la inmensa mayoría de sus vecinos", basaban la economía local en la artesanía de la madera y el balneario, que siempre gozó de merecida fama.

Sin embargo comprueba con nostalgia que actualmente "solo queda un artesano en Baños, y en Hervás los hijos de Longino, pero ya en menor medida, porque tienen otros oficios". Y es que Margarita González, la que firma sus piezas de cerámica como Hititas, está convencida de que "es muy difícil vivir de esto", lo que retrae a los jóvenes que pudieran dedicar su vida a la artesanía.