La Agrupación Extremadura cede hoy a tropas aragonesas el control de la zona de Istok, en Kosovo, tras completar con éxito una misión militar y humanitaria que ha durado siete meses y en la que se han completado más de 4.500 actuaciones. De esta forma, mañana sábado se completará el regreso de las tropas extremeñas con la llegada al aeropuerto pacense de Talavera la Real de un último avión cuyo aterrizaje está previsto en torno a las cinco y veinte de la tarde.

El coronel Martín Aragonés, que está al mando de la Agrupación Táctica Española X Extremadura , considera que el balance de este tiempo sólo puede ser positivo, por lo que las tropas extremeñas pueden regresar "con la satisfacción de un trabajo cumplido y bien hecho". En este mismo sentido, el coronel afirma que que todo el esfuerzo y el sacrificio llevado a cabo en este tiempo por los militares "ha quedado compensado" con todo lo que se ha aportado al proceso de normalización de Los Balcanes.

Y es que la misión extremeña en Kosovo ha sido realmente intensa. Como ejemplo, basta señalar que en estos meses los soldados de la base de Bótoa han recorrido más de 700.000 kilómetros durante sus misiones en tierras balcánicas, según los datos del Ministerio de Defensa. No en vano su principal misión era garantizar la seguridad de la población en la zona para permitir así su libertad de movimientos. Para esto se llevaron a cabo más de 3.500 patrullas de todo tipo a las que hay que sumar los 750 controles instalados y las 121 misiones de escolta efectuadas.

ALTO RIESGO Los militares extremeños también han llevado a cabo operaciones de alto riesgo, como las 80 misiones de reconocimiento para detectar minas y artefactos explosivas en su zona de control. A la presencia en las calles se unen las operaciones de registro que se han realizado en los domicilios de sospechosos de tenencia ilícita de armas. En concreto, y siempre en estrecha colaboración con la policía local y Naciones Unidas, se llevaron a cabo 16 operaciones de este tipo que concluyeron con la detención de cinco personas y la incautación de diversas armas.

Pese a la tensión que se ha vivido en las últimas semanas en Kosovo, con los peores disturbios de los últimos cuatro años en Los Balcanes, lo cierto es que la misión de la Agrupación Extremadura ha tenido en todo momento un gran tinte humanitario. El resultado más claro ha sido el programa Cervantes, que arrancó en diciembre del 2003 con 120 niños de diversas zonas de Kosovo que al final han aprendido a leer y escribir en lengua española.

Pero no es el único ejemplo. En Suvo Grlo se llegaron a repartir más de 15.000 raciones de pan y durante el invierno, y al cobijo de la operación Winterización , cientos de familias kosovares recibieron víveres, estufas y leña para afrontar esos complicados meses.

La solidaridad de los extremeños también se ha dejado notar durante la misión de las tropas de Bótoa. En Navidad los colegios de Istok, Dobrusa y Crnce recibieron cerca de 600 kilos de turrones de Castuera enviados por la Diputación Provincial de Badajoz, y hace escasas fechas el colegio Santa Teresa de Jesús, de Badajoz, hizo llegar a los alumnos del centro Rados Tosic, en Osojane, hasta 400 kilos de material escolar.