Cuantos litros de agua por metro cuadrado dejaron las lluvias de ayer en la región? Esta es una de las preguntas más complicadas a las que se enfrenta a diario el Centro Meteorológico de Extremadura, ya que medir el tiempo en la comunidad no es nada fácil. El Instituto Nacional de Meteorología dispone de 220 puntos en la región en los que existen estaciones de medida. De ellos, dos son los observatorios principales de Cáceres y Badajoz, a los que se suman más de una docena de estaciones automáticas repartidas por distintos enclaves de la comunidad y que posibilitan tomar medidas en tiempo real. El resto, unos 200 puntos de medición, están en manos de colaboradores, que son los encargados de realizar anotaciones y entregarlas al centro extremeño.

La extensión de la comunidad extremeña es muy grande, lo que supone un complicado trabajo para el Centro Meteorológico Extremeño, y más, teniendo en cuenta que existen siete comarcas que no están cubiertas --Sierra de Gata, Valle del Ambroz, La Vera, Los Ibores, Las Villuercas, Sierra de Montánchez y La Campiña--. Una situación en la que, según indican desde el instituto nacional, ya se trabaja para dar una solución.

UNA IMPORTANTE LABOR

Por ello, la labor de los colaboradores es fundamental para poder cubrir algunas de las zonas en las que no existen observatorios, pues hay lugares en donde no existe posibilidad de realizar mediciones de lluvia o temperatura en 40 kilómetros a la redonda, según advierte el director del Centro Meteorológico de Extremadura, Adolfo Marroquín.

Estas estaciones particulares están repartidas por lugares peculiares como patios, cortijos, fincas, embalses... cualquier sitio vale para atrapar el tiempo. Para ello, los colaboradores disponen de diversos instrumentos, entre los que se encuentran pluviómetros --en donde las precipitaciones se concentran en una probeta-- o simples termómetros que se colocan en pequeñas casetas.

El trabajo para estos amantes de la meteorología no es sencillo, ya que debe realizarse todos los días del año mediante observaciones puvliométricas y mediciones de temperatura. Es decir, se encargan de hacer lecturas diarias de la máxima y la mínima, una recogida de datos que luego se anota en un cuaderno. Todo ello se refleja posteriormente en una tarjeta que mensualmente se envía por correo al Centro Meteorológico de Extremadura, que, a su vez, suma estos datos a los de sus estaciones. Así puede conocerse cuántos litros de agua dejaron las lluvias de ayer en la región.