Cuando el Ministerio de Sanidad reclamó a todos los centros de investigación del país que aportarán medios técnicos y humanos disponibles a la detección del coronavirus, en Cicytex se evaluaron los recursos al alcance, y la primera opción de ayuda ha llegado a través de los trabajos que desde hace más de una década lleva a cabo el investigador Alfredo García en el campo de la sanidad animal. A priori tampoco hay muchos nexos de unión entre la detección de la tuberculosis bovina y el coronavirus responsable de la pandemia del covid-19, más allá de que en ambos casos se trata de enfermedades infecciosas. Sin embargo, un termociclador que utiliza García en sus investigaciones, resultó ser útil para analizar las muestras de los test PCR y desde hace diez días se emplea en el hospital de Mérida para reforzar el análisis de las muestras. El propio investigador es el que se ha ocupado de poner en marcha el equipo en este complejo hospitalario y ponerlo a punto para que puedan pasar por él medio centenar de muestras al día ahora que está ya a pleno rendimiento.

«Se trata un aparato capaz de detectar diferentes fluoróforos o fluorocromos (sustancias o compuestos químicos que emiten fluorescencia a diferentes longitudes de onda) y en concreto para la prueba diagnóstica del coronavirus, debe detectar cuatro fluoróforos distintos, lo que obligaba a realizar una calibración que garantice su buen funcionamiento», explica el investigador Alfredo García por correo electrónico.

Su colaboración con el área de Microbiología del hospital de Mérida, ha sido la puesta en marcha y asesoramiento en el manejo del termociclador a tiempo real, que Cicytex ha cedido y que él suele utilizar «en labores de investigación». La cesión ha implicado «el desmontaje, embalaje, transporte, instalación y calibración para su empleo»·, apunta el experto, que trabaja en el departamento de Producción Animal de Cicytex en varias líneas de investigación, entre ellas, la detección de mycobacterium tuberculosis complex, más concretamente mycobacterium bovis y mycobacterium caprae, agentes etiológicos de la tuberculosis bovina a través de muestras que se toman en agua y suelo, puesto que está comprobada la capacidad de este patógeno para sobrevivir en charcas, abrevaderos o, fango, considerados, una de las fuentes de infección y transmisión en el ganado.

Apoyo

«En el área de microbiología del hospital de Mérida trabajan tres médicos y una farmacéutica con amplia experiencia en el diagnóstico de enfermedades infecciosas y parasitarias. Sin embargo, no tenían experiencia en el empleo de ese termociclador», explica el investigador. Por ello se desplazó durante varios días al hospital emeritense para aportar su experiencia con ese aparato «y ayudar y solventar pequeñas dudas durante su empleo».

Durante tres o cuatro días trabajaron mano a mano en el hospital y después ha seguido en contacto con los facultativos del complejo para resolver a través del teléfono las dudas que problemas que iban encontrando en el manejo de la máquina. «He instalado en mi ordenador tanto el software que maneja el termociclador, como el que permite el análisis de los datos, y hemos podido detectar y solventar los pequeños problemas que han surgido con videollamadas», cuenta.

Lo mejor de la experiencia para el investigador de Cicytex: «saber que en la actualidad está siendo utilizado de manera rutinaria para el diagnóstico y detección de covid-19 con total autonomía por parte del personal del hospital», resalta. Y cede el protagonismo a los sanitarios del hospital: «lo importante aquí, es la labor que está realizando el área de Microbiología del hospital de Mérida».

Investigadores listos para actuar

Desde que se inició la pandemia, los centros de investigación y la Universidad de Extremadura (UEx) han aportado equipamientos y personal especializado para la realización de PCR a los hospitales de la región en coordinación con la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales y el SES. De momento, la colaboración requerida a Cicytex se limita a un investigados y la termocicladora que se ha instalado en el Hospital de Mérida y que está funcionando «a pleno rendimiento», señalan desde la Consejería de Economía, Ciencia y Agenda Digital.

Junto a eso, hay ocho investigadores de Bioquímica y Microbiología de la Facultad de Veterinaria que están colaborando desde hace días en la extracción de muestras en el Hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres.

Además de la cesión de medios técnicos y humanos, otras alternativas que se plantearon en el requerimientos que los Ministerios de Sanidad y ciencia trasladaron a las comunidades autónomas y centros de investigación no se han podido llevar a cabo por el momento, más que en el caso de la Faculta de Veterinaria, que cuenta con el único laboratorio en la región con nivel de bioseguridad P2 , necesario para procesar muestras infectocontagiosas. Aún así, el riesgo que puede suponer

«En el caso de Cicytex, para llevar a cabo pruebas diagnósticas en sus propias instalaciones sería necesario el acondicionamiento de uno de sus laboratorios para alcanzar las condiciones de bioseguridad necesarias para llevarlas a cabo, contando con personal, reactivos, técnicas e instrumentación necesaria», indican. Por ello, por el momento no se han desplazado muestras a las instalaciones de Cicytex.

En total hay 12 investigadores que se han ofrecido de forma voluntaria al Ministerio de Sanidad para la realización de PCR si fuera necesario