Eloy Martos, un sevillano afincado en Badajoz desde hace más de 30 años, acaba de recibir una buena noticia: es el primer ganador del Premio Telémaco de la Fundación SM de artículos sobre lectura y escritura, por su artículo Tunear los libros: series, fanfiction, blogs y otras prácticas emergentes de lectura , publicado en la revista Ocnos, en el año 2006. Para este Catedrático de Didáctica de la Lengua y la Literatura de la Universidad de Extremadura (Uex), tunear un libro es un ejemplo de lectura viva y creativa que puede contribuir a crear un lector inteligente, que no es un lector que compra, sino un lector que selecciona".

En su artículo defiende que que ni las políticas comerciales y mediáticas, ni el uso de estereotipos propios de la literatura de consumo explican del todo el auge actual de la ficción fantástica entre los jóvenes, sino que ello está muy relacionado con las nuevas prácticas culturales de la lectura y con géneros muy próximos a la narrativa posmoderna, como las sagas o series novelescas fantásticas.

La personalización de libros surgió en una experiencia que se llevó a cabo en un congreso celebrado en Badajoz en 2006, donde "había 1.500 libros por el suelo para que los niños se los pudieran llevar, a cambio de que hicieran algo con ellos, aunque sea simplemente ponerle el nombre o un dibujo". Explica que su artículo ofrece un marco teórico a "la idea del lector activo, lejos del lector de tiempos pasados, cuando te reñían si tocabas un libro", porque es un defensor de la libertad de los lectores para elegir sus títulos favoritos. "Intento favorecer que la gente se apropie de la lectura conforme a sus gustos". No obstante, cree que los bibliotecarios, los libreros, los profesores y sobre todo los padres, deben ayudar a los jóvenes lectores a"cribar un poco" los títulos que les llegan.

Recomienda obras muy conocidas como las de Harry Potter o El Señor de los Anillos, pero también otros que lo son menos y que no deben faltar en la biblioteca de cualquier niño. Entre ellos, títulos como Momo , de Michael Ende, autor también de La Historia Interminable , Caperucita en Manhattan , de Carmen Martín Gaite, El oro de los sueños , de José María Merino, o Celia , de Elena Fortún.

Martos defiende que el niño escoja sus propias lecturas, aunque siempre bajo la guía de un adulto que le permita degustar todo tipo de obras literarias: "El lector es como un gourmet, que debe comer de todo un poco para educar el paladar".