Castuera (Badajoz) afronta con optimismo la campaña navideña de elaboración y venta de turrones, lo que se remonta al siglo XVII, ya que se incrementa el volumen de las toneladas producidas y se avanza notablemente en la exportación a varios continentes, no limitándose al mercado nacional.

Además de los españoles, ya sea en las tradicionales ferias de pueblos y ciudades o a través de los centros comerciales, chinos, británicos, franceses, portugueses, costarricenses, estadounidenses, mexicanos y dubaitíes, entre otros, también pueden gozar de los tradicionales turrones duro, blando y de piñones, la típica torta imperial y las históricas garrapiñadas y almendras rellenas.

Además, pueden paladear los más recientes en los últimos años de yema, de frutas, de nata, de nueces, de chocolate y de coco, unas delicias que se imponen progresivamente en función de las exigencias cada vez más refinadas de los clientes y en envases de porciones cada vez más cómodos y fáciles de manejar.

El alcalde, Francisco Martos, ha manifestado su satisfacción por el auge de esta industria agroalimentaria local, que se centra en tres industrias principales y otras muchas de menor entidad, de carácter cuasi familiar, que dan trabajo a unas 100 personas de una forma directa.

También emplean durante la campaña, cuyo lapso fuerte es en los meses previos a la Navidad, a otras muchas personas auxiliares como los administrativos y los transportistas.

El ayuntamiento, ha continuado, apoya a esta industria "atípica" dentro de "una lucha" para que no se pierda ya que es una de las señas de "identidad" como localidad al remontarse a hace siglos, proporciona numerosos puestos de trabajo, dinamiza la economía y contribuye a fijar la población.

En cuanto al futuro, manifestado su esperanza en que progrese esta industria ya que "los fundamentos están asentados".

Ha subrayado el potencial, que cada vez más es una realidad, del nivel de la exportación a muchos países de varios continente, una actividad que cuenta con el respaldo de la Junta de Extremadura, a lo que ha agregado que los empresarios que se han acogido a las campañas de promoción pública progresan en este aspecto.

Sobre los orígenes de la labor turronera, Martos ha señalado que hay documentos del siglo XVII que la reflejan y que, a pesar de que la materia prima principal, la almendra y la miel, no se daban en la zona, se traía de otros ligares para elaborar aquí esos manjares.

Ha añadido que hasta hace poco el turrón de Castuera "se empaquetaba" en industrias del Levante pero que ahora, aunque por ahora no hay una Denominación de Origen, "defendemos nuestra marca"

y "no tenemos nada que envidiar" a otras zonas del país.

Por su parte, el director de la empresa Turrones Dos Hermanos, Manuel Sánchez, ha señalado que este año producirán unas 400 toneladas frente a las 350 de 2015, y que subirán las ventas por la bajada de los precios y a pesar de que las temperaturas no invitan a comprar estos dulces, "al igual que pasa con los abrigos".

El empresario ha resaltado que en el mercado nacional hay una notable competencia, "una saturación" de producto, y que el 22 por ciento de su producción se destina ya al extranjero, a países de América, Europa, Asia y América.

Dos Hermanos comenzó su actividad en 1972 y, en su tercera generación de empresarios, da trabajo a 25 personas durante la campaña fuerte, entre los meses de septiembre y diciembre.

A su vez, el gerente de Rey Alimentación, Felipe Rey, ha dicho que tras la "complicada" campaña del año pasado debido a la crisis y al gran incremento de los precios de materias primas como la almendra, esta se presenta mejor, "mas normal", por el descenso de los costes de producción.

En 2015 su empresa, que tiene mas de 20 empleados, produjo unas 200 toneladas de turrones y para esta año se espera una subida del 15 por ciento, aproximadamente.

Al margen de los productos tradicionales, Rey apuesta por otros más innovadores como los formatos más pequeños, los adaptados a los diabéticos y los menos calóricos. En su opinión, "esta industria se va a mantener".