Para Julián Carretero, el mal momento que atraviesa la monarquía hay que contextualizarlo en la "situación tan grave que estamos viviendo tanto a nivel económico como social". En su opinión, después de cinco años de crisis muy dura, "es lógico que todas las instituciones tengan una contestación amplia". En este sentido, no considera que plantear ahora un cambio en el modelo de la Jefatura de Estado sea "algo prioritario para la sociedad española", ni le ayude a salir de la crisis "en las mejores condiciones posibles. Aportaría poco de forma inmediata". Cree que lo que sí que hay es una demanda generalizada "para que haya más elementos de participación del conjunto de la ciudadanía en la toma de decisiones, pero esto es algo que no tiene nada que ver con república o monarquía" y aboga por una reforma constitucional que la haga factible.