¿Podría un dispositivo más pequeño que una moneda de un céntimo proteger a una víctima de maltrato? Es la propuesta de un extremeño para ofrecer una alternativa a aquellas mujeres que sufren violencia machista. La técnica consistiría en un pequeño sistema que iría camuflado en algún complemento (un pendiente, un reloj, un collar...) y que con solo pulsarlo mandaría una señal de alarma a la policía y a quien se ha denominado ya como socorrista anónimo (un familiar, amigo o vecino) para activar así un sistema rápido de auxilio: «Puede que una simple llamada al timbre frene al maltratador». Además, ese dispositivo, desde el momento en que se activa, grabaría el sonido de todo lo que estuviera ocurriendo. «Y sería completamente legal». La idea es que sirva, sobre todo, para aquellas mujeres que no han puesto denuncia. «Si un médico de familia, por ejemplo, sospecha que puede haber malos tratos, le puede hablar de este dispositivo».

El ideador del mismo es el extremeño Gregorio Gómez Mateos, un empresario de Badajoz de 45 años que además es portavoz de la asociación Alma, una entidad que lucha contra la violencia machista. El proyecto se ha desarrollado junto con la Escuela de Ingenierías Industriales de la Universidad de Extremadura y el apoyo de varias empresas.

Ya ha invertido unos 115.000 euros pero ahora, dice, necesita 200.000 más para poder desarrollar toda la infraestructura. Por ello, el pasado mes de octubre envió una carta a la Casa Real solicitando una recepción. Para sorpresa de él mismo, desde Zarzuela le contestaron «rápidamente» y ayer fue recibido por la reina Letizia. «Le ha gustado mucho nuestra idea. Para nosotros es muy importante este gesto por la repercusión que tiene», asegura Gómez Mateos.

Letizia le dio la bienvenida en el Salón de Audiencias junto con los otros cinco integrantes de la delegación que le acompañaba, en la que estuvo representada la Policía y la Guardia Civil.

Reuniones con mujeres

«Nosotros nos hemos reunido con mujeres víctimas de maltrato para conocer a fondo el problema y saber qué es lo que necesitan», explica este pacense. Y añade: «De momento lo que tenemos es un prototipo del tamaño de una moneda de un euro, pero queremos reducirlo. Ese sería el elemento activador, pero nos quedaría por poner en marcha el emisor, que será un dispositivo algo más grande y que podrá camuflarse en un pastillero o una barra de labios, por ejemplo. También que hay que desarrollar el sistema de recepción de la alerta».

Gómez Mateos se dedicaba al negocio inmobiliario, pero llegó la crisis y tuvo que cambiar de profesión. A través del Centro Tecnológico de Badajoz conoció a su actual equipo. Desde el verano del 2014 llevan trabajando en este dispositivo de ayuda y auxilio contra el maltrato made in Extremadura que pretenden vender al Gobierno.

El precio oscilaría entre 35 y 175 euros, un cifra mucho más baja que los 6.000 euros que cuesta la pulsera de alejamiento empleada actualmente por orden judicial.