Aguantando el tipo. Así está la Universidad de Mayores de Extremadura cuando cumple 20 años desde que se puso en marcha. No lo ocultó el director del programa, Florentino Blázquez, que ayer en el acto oficial de apertura del curso 2018-2019, celebrado en el palacio de congresos de Badajoz, reclamó más presupuesto, recursos humanos y espacio para los más de 2.000 alumnos (500 de ellos de posgrado) que han encontrado en ella «la mejor» alternativa para seguir aprendiendo, satisfacer sus inquietudes y curiosidad, hacer amistades y, en definitiva, poner en practica el tan cacareado envejecimiento activo.

La crisis se llevó «un buen bocado» de los recursos económicos que se destinaban a la Universidad de Mayores y «áun no se han recuperado». Blázquez lamentó la «inestabilidad y precariedad» que sufre el programa, pese a que en la última década el número de alumnos se ha duplicado con respecto a la primera, lo que ha obligado a reducir el personal de apoyo, los cursos, talleres y viajes de estudio.

Estas son las sombras del programa, pero en dos décadas también ha habido muchas luces. Al calor de las siete sedes que la Universidad de Mayores tiene en Extremadura se han creado grupos de teatro, de senderismo, un taller de arquelogía, coro, clases de inglés e informática que imparten los propios usuarios y una asociación de alumnos y exalumnos. El compromiso por seguir trabajando se reforzó en el 2011 con la concesión de la Medalla de Extremadura y el éxito del programa lo refrendan el cada vez mayor número de personas que se benefician (algunas no se han desvinculado desde sus inicios). En su nombre, dos alumnos de Badajoz y Plasencia, Manuel Reyes y Antonia Ribera, respectivamente, tomaron la palabra para alabar el proyecto y desearle larga vida.

Ayer 236 alumnos recibieron sus diplomas de graduados (en los 20 años han sido 3.305), en un acto con el exministro socialista José Luis Corcuera como conferenciante. Les habló claro sobre su concepto de España, «mi patria, porque no es casposo ni ofende a la verdad», dijo. Defendió de manera acérrima la Constitución de 1978, reivindicó la necesidad de aprender de «nuestra historia» y alertó de los peligros de los populismos. «A nuestra edad no conviene confraternizar con la estupidez ni la inutilidad», afirmó.

Al acto asistieron el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, el rector de la Uex, Segundo Píriz, los expresidentes Monago e Ibarra, y el alcalde de Badajoz, entre otros. Vara se comprometió a mejorar las «condiciones» de este programa y defendió que la sociedad necesita «el consejo» de los mayores, no su consumo.