Uno de cada cinco vehículos agrícolas que se somete a la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) en la región no la supera al primer intento, fundamentalmente a causa de problemas con el alumbrado y la señalización, por déficits en el acondicionamiento exterior de la carrocería y el chasis o por estar incorrectamente identificados. De acuerdo a la información facilitada por la Consejería de Movilidad, Transporte y Vivienda, en el 2018 se efectuaron en Extremadura 34.302 inspecciones a este tipo de vehículos, mientras que las realizadas a lo largo de los diez primeros meses de este año han sido 29.352.

La tasa de rechazo en esta categoría se situó en el 2018 en Extremadura en el 20,1%, por encima de las contabilizadas en el 2015, 2016 y 2017, que fueron del 13,1%, 12% y 14,4%, respectivamente. La proporción de suspensos es, eso sí, prácticamente igual a la que se registra para el conjunto de vehículos examinados. En este sentido, de las 711.632 inspecciones que se efectuaron en la comunidad autónoma el ejercicio pasado incluyendo todos los apartados, un 20,54% (unas 146.200) fueron desfavorables.

Habitualmente los tractores, remolques, maquinaria remolcada o cosechadoras no pasan la ITV en las estaciones convencionales. Con el fin de evitar que tengan que desplazarse hasta ellas, se dispone de seis unidades móviles que visitan los distintos municipios de la región donde no hay instalaciones. Y es en ellas donde se realiza la mayor parte de los controles. En concreto, casi ocho de cada diez inspecciones (79%) se efectúa en estas unidades móviles, que a lo largo del 2018 desarrollaron un total de 27.146 en 390 municipios y pedanías, 176 de ellas en la provincia de Badajoz y las 214 restantes en la de Cáceres. En cuanto a las estaciones fijas, realizaron 7.156 exámenes, la mayor parte en la provincia de Badajoz, con 5.794 (17% del total), por 1.362 que tuvieron lugar en la de Cáceres (4%).

CAUSAS MÁS FRECUENTES / Las causas más frecuentes que están detrás de estos rechazos en la primera tentativa son las relacionadas con el alumbrado y la señalización, que estuvieron presentes en un 39,5% de todos los que se produjeron en el 2018, doblando a los dos siguientes grupos de problemas más habituales, que son el del mal acondicionamiento exterior de la carrocería y el chasis (18,6%) y las deficiencias de señalización (17,4%). Un 7,6% de las negativas tuvo su origen en el mal estado de los frenos, proporción muy similar a las de los problemas en la dirección (6,4%) y a la que en conjunto supusieron ejes, ruedas, neumáticos y suspensión (6,3%). El listado se completa con motor y transmisión (1,3%), acondicionamiento interior (0,1%) y otra clase de problemas (2,8%). En cuanto al segundo intento, el índice de rechazo en él es ya «casi nulo».

Yendo al detalle, lámparas fundidas (luces de posición, intermitentes, de placa y matrícula); proyectores en mal estado (en especial en remolques instalados en soportes que no son fijos); catadióptricos rotos o inexistentes; funcionamiento del rotativo luminoso; discos de limitación de velocidad (presencia, estado y límite adecuado); señalización de vehículo largo o conjuntos de vehículos superior a los doce metros; y aristas cortantes en carrocería son algunas de las deficiencias que más habitualmente encuentran los técnicos durante la supervisión.