Además de diputada socialista en la Asamblea y secretaria primera de la Mesa, Emilia Guijarro está casada y es madre de tres hijos. Se confiesa una persona sencilla con las mismas aficiones que cualquier mortal: la lectura y los viajes.

--¿Qué hace la secretaria primera de la Mesa de la Asamblea?

--Forma parte de un órgano colegiado que dirige los asuntos internos de esta casa, y como tal, ayuda en la toma de decisiones. Mis funciones vienen recogidas en el reglamento de la Cámara y son todas las que me encomiende la Mesa y su presidente, Juan Ramón Ferreira, al que asisto en los plenos y en toda la actividad parlamentaria. También me encargo de los asuntos culturales: organicé los actos de celebración del 25 Aniversario de la Autonomía, me encargo de las exposiciones del Patio Noble y soy la presidenta del jurado del concurso Vivir el Parlamento .

--¿Alguna vez pensó que acabaría dedicándose a esto?

--Nunca. Yo tenía muy claro que quería ser profesora de Lengua y Literatura, muy influenciada por mi gusto por la literatura y por antiguos profesores de lengua que había tenido. Y de hecho eso fui: profesora del instituto El Brocense.

--¿Cómo llegó aquí entonces?

--Porque las circunstancias de la vida te hacen cambiar y algo personal me hizo dar el salto al movimiento asociativo de las personas con discapacidad y de ahí, a la Administración.

--Está muy comprometida con las personas con discapacidad...

--Sí. Cuando yo tomé contacto con la discapacidad se había hecho bastante poco, los avances sociales no habían llegado. Y teniendo muy claros los principios ideológicos, porque uno siempre debe agarrarse a ellos, yo planteé mi vida hacia una defensa de las personas con discapacidad y su normalización, integración y derechos, aunque todavía hay mucho que hacer.

--¿Cuál fue su momento más importante en la Asamblea?

--La toma de posesión como diputada, porque en ese momento eres consciente de que estás representando los intereses del pueblo extremeño y dejas de ser tú como persona.