Algo más de un tercio de las personas que están inscritas como parados en las oficinas de empleo no aceptaría una oferta para incorporarse a un puesto de trabajo aunque éste se adapte a su perfil, según reveló ayer Jaime Ruiz Peña, director del Servicio Extremeño Público de Empleo (Sexpe), durante su comparecencia en la Asamblea. Esto supone que 26.000 inscritos en el paro descartarían cualquier trabajo que se les ofreciese.

En su análisis de los resultados de las encuestas personales a los 74.000 extremeños inscritos en las listas del desempleo, Ruiz Peña comentó que otro 36% de los que figuran en los registros de paro apuntó que en el momento actual tendría que pensarse si aceptaba un trabajo, mientras que una minoría, poco más del 30%, se mostró dispuesta a aceptar de manera inmediata el empleo que se le ofreciese.

El director del Sexpe, tras aclarar que "no se ha dado a nadie de baja en las listas por decir que no estaba dispuesto a aceptar un empleo", manifestó: "Hay gente apuntada al paro que no tendría que estar, porque no es gente que no quiera trabajar, sino que no acepta el empleo porque ya trabaja en la economía sumergida". Posteriormente, Ruiz Peña comentó que el porcentaje de desempleados que no aceptarían un trabajo porque ya tienen empleo en la economía sumergida rondaría, al menos, el 10%, es decir, en torno a 2.600 personas, aunque otras fuentes elevaron esta cifra hasta las 13.000 personas.

Respecto a los que plantean algún tipo de limitación para aceptar un empleo, el director del Sexpe aludió a que se manifiestan condicionantes relacionados con la existencia de cargas familiares o la posibilidad de desplazarse a otro lugar para trabajar.

URBANO Y RURAL Según explicó, este tipo de trabas se manifiestan en situaciones como que las tasas de disponibilidad en las zonas urbanas son más altas que en las rurales. "La diferencia está en el transporte público. Si a una persona que está inscrita en el paro pero no tiene carnet de conducir le ofrecen un empleo en otra parte de su ciudad, puede aceptar y usar el autobús urbano, pero si vive en un pueblo y le ofrecen trabajo en otro de la comarca no tendrá posibilidades de desplazarse", señaló.

Ruiz Peña defendió la utilidad de este tipo de encuestas, "que han copiado servicios de empleo de otras regiones", porque permiten aumentar la "eficacia y eficiencia" del Sexpe, "evitando situaciones como que se envíen personas que no quieren trabajar, sino que lo que pretenden a lo mejor es formación y orientación, a una oferta de trabajo de un empresario, lo que es una faena para ambos".

Por su parte, el diputado del PP Antonio Guerrero puso en duda las intención de este tipo de encuestas, y comentó que podrían esconder "una presión para eliminar a cierto número de personas de las listas del paro". A su juicio, la disponibilidad de los inscritos en las oficinas de empleo ya se conocía con los métodos anteriores, y se preguntó si los trabajadores contestarán sinceramente a la encuesta "o mentirán temiendo las consecuencias".

Guerrero acusó al Sexpe de "atosigar" a los desempleados con estos sondeos para obtener unos datos que, en su opinión, podrían meter a Extremadura en una dinámica que perjudique la imagen de los parados extremeños haciendo resurgir las voces de que en la región el objetivo que prima es cobrar el subsidio.