En Extremadura el número de hogares en el que todos sus miembros están en paro sigue en aumento. Y en gran parte de ellos el único sustento que entra es la pensión del abuelo, un 'sueldo' de unos 750 euros (es la media en la región) del que viven hijos y nietos que llevan meses, e incluso años, sin trabajo.

Repartir ese dinero en una unidad familiar cada vez más amplia por la falta de empleo provoca que aparezca la escasez de recursos y que muchas de estas personas ya jubiladas entren en riesgo de pobreza, arrastrando al resto con ellos y aumentando así el porcentaje de población en peligro de exclusión social.

Así lo explica Jesús Pérez Mayo, director de Cáritas de Mérida-Badajoz, quien insiste en que los abuelos siguen siendo los artífices de que muchos hogares en la región puedan salir adelante cuando la falta de oportunidades laborales abunda en el entormo familiar.

Ayer se presentó el 'Observatorio social de las personas mayores', un estudio confederal de CCOO que analiza el sistema de pensiones, sanitario y de la dependencia de este sector de la población, además de cuestiones demográficas. Los datos extremeños dicen que uno de cada tres pensionistas (unos 73.000 de los 220.100 actuales) está en riesgo de pobreza. Esto significa que cuentan con unos ingresos un 60% menor que la media, lo que se traduce en que no pueden hacer frente a gastos imprevistos y que tienen serias dificultades para cubrir necesidades básicas.

El secretario de Formación y Empleo de CCOO, Miguel Coque, incide en que este fenómeno está directamente relacionado con el paro cronificado que sufren, sobre todo, los hijos de estos pensionistas. "Extremadura es una de las comunidades donde la tasa de desempleo crónico es más alta, de manera que hay mayor carga para esos padres, que han de afrontar todos los gastos", subraya.

El director de Cáritas de Mérida-Badajoz apostilla: "Y los pensionistas, obviamente, no pueden mejorar sus condiciones salariales, no van a vivir nunca un aumento de sueldo, de manera que la cantidad a repartir siempre es la misma".

De hecho, el dinero que se destina desde las arcas comunitarias a la población mayor de 65 años (que en Extremadura representan el 19,8% del total) es, con frecuencia, objeto de polémica y genera un debate en el que siempre queda de manifiesto la debilidad actual del sistema de pensiones español.

LA HUCHA COMUN Esta semana la Tesorería de la Seguridad Social sacó 8.700 millones de euros del Fondo de Reserva para el pago de las pensiones, dejando la hucha común en 25.176 millones. El dinero va destinado a abonar la cuantía de julio, que incluye dos mensualidades, la ordinaria y la extraordinaria.

Esta suma de dinero supone la mayor cantidad usada hasta ahora por el Gobierno central para esa causa. Además, ya han advertido que lo más probable es que se vuelva a producir una acción similar en Navidad para abonar la extra a los jubilados.

Ante este panorama, el secretario general extremeño de CCOO, Julián Carretero, abogó ayer por complementar con diversos impuestos las necesidades de financiación que pueda tener el sistema de pensiones de la Seguridad Social. Asimismo, defendió que la caja de la que salen las pagas para los mayores de 65 años sea estatal y pública.

Carretero tiene claro que las pensiones deben ser financiadas principalmente con las cotizaciones de los trabajadores y que por ello hay que fomentar el empleo estable y de calidad.

No obstante, si hay deficiencias en este sistema, algo que ya es una realidad pura y dura, su propuesta se basa principalmente en que se añadan una serie de impuestos en los presupuestos generales del Estado.

El objetivo, asegura, es buscar resortes fiscales para evitar el desequilibrio, algo que en su día ya se hizo con la sanidad.