Una campaña de fruta «catastrófica» por los precios «ruinosos». Representantes de la organización agraria UPA-UCE trasladaron ayer a la Consejería de Agricultura la «grave situación» que están atravesando los fruticultores extremeños debido a los bajos precios a los que se está pagando la ciruela. Según explicó minutos antes de la reunión Ignacio Huertas, secretario general de UPA, una parte importante de la producción «se está quedando en el campo porque las centrales no aceptan la recogida, aprovechándose que no mantienen contratos con los agricultores, saltándose con ello la Ley».

La consecuencia es que «muchos agricultores están viéndose obligados a arrancar sus frutales, arruinados por la situación», mientras que «otros muchos lo harán en noviembre tras las liquidaciones». En este escenario, UPA alerta de que se está produciendo una «reconversión salvaje» del sector agravada por la «mala actuación de las centrales». Según explica en una nota, la organización ha acordado con la Junta de Extremadura la convocatoria de una mesa de la fruta en la que esté representada la Consejería de Agricultura, la Dirección General de Comercio y el conjunto del sector, organizaciones profesionales agrarias, cooperativas y centrales «para realizar un diagnóstico de la situación y plantear propuestas a futuro con el objetivo de aportar soluciones».

Además, en la reunión también trasladaron la necesidad de «mayores actuaciones» por parte de las administraciones en el cumplimiento de la ley de la Cadena Alimentaria y la ley de Morosidad en este sector, ya que la crisis que sufre se ve agravada por el incumplimiento de la ley por parte de las centrales en cuestiones como falta de contratos, precios o pagos, denuncian.