El uso del móvil al volante es por adicción y no por falta de concienciación: «todo el mundo sabe que es un peligro contestar una llamada o enviar un mensaje de Whatsapp mientras se conduce». Lo dijo ayer el director general de Tráfico, Pere Navarro, durante la inauguración del congreso hispano-luso La problemática del tráfico y las nuevas tecnologías, que se celebra en Mérida hasta el próximo sábado. Además de las distracciones provocadas por el uso del móvil, el consumo de alcohol y la velocidad son los principales problemas de la seguridad vial.

Según explicó Navarro, el año pasado se registraron 56.000 condenas penales por conducir superando la tasa de alcohol permitida y el 24% de los fallecidos dieron positivo. Por ello, la DGT continua realizando campañas y controles de alcoholemia a un tercio de los conductores. Además, prevé la colocación de 78 nuevos radares a final de año, así como el uso de cámaras de alta definición y furgonetas más elevadas que permitan visualizar infracciones y sancionar.

1.800 FALLECIDOS / En su intervención, Navarro recordó que España es un «referente» en seguridad vial según el ranking de la Unión Europea, por detrás de Reino Unido, Suecia, Holanda y Dinamarca, con una media de 39 fallecidos por cada millón de habitantes frente a los 49 de la media europea. Un resultado del que hay que estar orgulloso pero sin caer en la complacencia, porque el año pasado se registraron 1.800 fallecidos en las carreteras españolas.

Según el director de la DGT, la seguridad vial es una combinación de educación, formación, información y concienciación, más vigilancia y control, ya que «si solo haces vigilancia y control sin explicar el por qué y para qué se produce el rechazo del ciudadano». «Cumplir la ley de tráfico es la forma más eficaz de reducir los accidentes y las víctimas, y los países que obtienen mejores resultados son aquellos que disponen de sistemas de autoridad», añadió.

Por su parte, el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, subrayó la importancia de la tecnología para una conducción más segura en el futuro y abogó por «sacar el teléfono móvil de los vehículos con la misma capacidad de adaptación que en su día se sacó el cigarrillo de bares y restaurantes».