Con normalidad. Así arrancó ayer la campaña de vacunación de la gripe H1N1, que se prolongará al menos durante un mes. Tal y como intuía la consejera de Sanidad, María Jesús Mejuto, en la mañana de ayer. La administración de las dosis "será escalonada", dijo al rato de iniciarse la campaña, y así se dejaba notar en los centros de salud de la región, que han recibido a tiempo las primeras 98.000 dosis --hay más de 230.000 destinadas a los extremeños-- para vacunar a la población en riesgo: mayores de seis meses con patologías crónicas, personal sanitario y trabajadores de los servicios públicos esenciales. Se usarán tres vacunas distintas: Focetrina, para pacientes de 6 a 17 años --los niños de 6 meses a tres años necesitarán dos dosis-- y de más de 60; Pandemix, de 18 a 60 años; y otra para las embarazadas, sin coadyuvantes, un compuesto químico que refuerza la respuesta inmunológica.

Sin una cifra aproximada de cuál puede ser la demanda en la región, aunque los centros no recibieron ayer a numerosos pacientes, la consejera precisó que están preparados con el personal necesario para aplicar la vacuna a todos los grupos de riesgo sin ningún problema, siempre que el paciente lo requiera, y que confía "en los profesionales y en el sistema". Antes de su administración la valoración del médico es clave. "Esto facilita que el proceso sea de forma escalonado y transcurra con normalidad", explicó ayer la enfermera Isabel Rodríguez, del centro de salud Ciudad Jardín, informa F. León.

En principio, dijo, "no se espera que haya ningún contratiempo" en las vacunaciones y espera que a lo largo de la semana haya "un elevado porcentaje de cobertura" de vacunados. Sobre todo, cuando se empiece a inmunizar a las embarazadas, cuyas dosis ya están disponibles y comenzarán a llegar a los centros extremeños a partir de mañana. "A lo largo de esta semana se empezará a vacunar a las embarazadas que lo demanden", señaló la consejera.

Mejuto recordó, además, que la vacuna contra el virus es voluntaria para las personas en riesgo, las únicas que pueden vacunarse. Y ayer ya comenzó a notarlo la responsable de Enfermería del centro de salud Manuel Encina de Cáceres, María del Carmen Jiménez. "Hay personas que prefieren esperar, están expectantes a ver cómo evoluciona la nueva vacuna", señaló. Y es que, según Mejuto, que insiste en recomendar la vacuna, "la población ha dejado de percibir la situación de riesgo que existía en un principio sobre esta gripe". La decisión final es personal y son los pacientes quienes asumen las consecuencias, aclaró. Teniendo en cuenta esta circunstancia, la consejera apuntó que se consideraría una "cobertura total" si se llegara al 80% de la población de riesgo.

Sobre los efectos secundarios, Jiménez señaló que la vacuna puede causar malestar general y fiebre, pero que en todo caso son síntomas leves similares a los de la gripe estacional, que desaparecen con un simple paracetamol.