n medio del cuerpo a cuerpo que protagoniza cualquier debate sobre el estado de la región, en el que aquellos que lo siguen desde fuera y, sobre todo, de quienes están sentados en los escaños, ponen el foco en ‘quién ha estado mejor’; el anuncio de propuestas de cualquiera de los bandos pasa a un segundo plano, cuando realmente es lo que debe interesar. Y, bajo ese prisma, la mayoría de la jornada parlamentaria matinal se centró en qué ha pasado en Extremadura en los últimos tres años, con una valoración muy diferente según el color rojo, azul, morado o naranja con el que se mire. Sin embargo, en medio del a veces tedioso debate, siempre hay algún planteamiento o alguna afirmación interesante. Y eso es lo que pasó ayer cuando el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, aseguró que en estos momentos «no tenemos dinero» para la ejecución de la autovía entre Cáceres y Badajoz», respondiendo así a las demandas de la oposición parlamentaria, que denunció no entender cómo el Gobierno autonómico acaba de aprobar un plan de infraestructuras dotado con más de 2.700 millones de euros y no se contempla ninguna partida para esta autovía ya anunciada en el año 2006.

Otro de esos planteamientos, al margen de las propuestas de resolución, fue el que realizó el presidente del Grupo Parlamentario Popular, José Antonio Monago, que invitó al jefe del Ejecutivo regional a «ir juntos» a la Moncloa, a «pedirle al presidente del Gobierno que no cierre Almaraz». No obtuvo respuesta.

Además, el líder popular propuso medidas para «blindar los principios constitucionales», como defender la unidad de España y que ningún diputado de la región apruebe reformas que reconozcan la plurinacionalidad del Estado; así como que se continúe con la reforma del sistema de financiación autonómica actual, rechazando el principio de ordinalidad.

Desde las filas de Podemos, la diputada Jara Romero indicó entre los retos que debe afrontar Fernández Vara en lo que queda de legislatura el impulso de la nueva ley de Renta Básica para evitar que continúen denegándose prestaciones por criterios subjetivos, porque de esta cuestión «no ha dicho ni una palabra». Además, le instó a «decidir si quiere acuerdos superficiales con la derecha, la naranja o la azul, que es lo mismo, o si de verdad quiere un futuro digno para Extremadura»; y denunció que hay miembros del PSOE en la región «que amenazan a la gente con que no van a volver a trabajar» si levantan la voz en contra de la Junta. «¿Quién le ha amenazado? Dígamelo; no aquí, sino fuera del hemiciclo, porque estoy hasta el gorro de los caciques», replicó el presidente extremeño.

Por su parte, la portavoz de la Agrupación Ciudadanos, María Victoria Domínguez, centró buena parte de su intervención en la posición que va a tomar la Junta en torno al modelo de financiación autonómica, porque «no ha dicho nada» ante el anuncio del jefe del Ejecutivo central de «bloquear» la reforma de la financiación autonómica en esta legislatura. «¿Tenemos que entender que está usted de acuerdo con esa postura señor Fernández Vara?»; a lo que este contestó que va a «defender los intereses de Extremadura por encima de cualquier otra cuestión».

Y es que este asunto, la situación del paro, la sanidad, el campo, las infraestructuras y la concertación social fueron los temas más repetidos durante la jornada de ayer, salpicada por ‘encontronazos dialécticos’ centrados en el presidente regional y el líder de los populares. En esa trifulca política, Monago avanzó que su partido acudirá a los tribunales por dos cuestiones: por la «utilización del portal institucional de la Junta de Extremadura para colgar documentos del PSOE» y «por el procedimiento sobre los cursos de formación, un tema en el que impera la ley del silencio desde hace tres años, y en el que nosotros nos vamos a personar como acusación particular».

¿POR QUÉ QUISO SER PRESIDENTE? // Y todo ello, en medio de preguntas que la oposición hacía a Fernández Vara a modo de crítica sobre su gestión: «¿Para qué quiso volver a ser presidente, para ser líderes del paro, para perder 7.000 habitantes cada año?», reclamó Monago. «Señor Vara, usted dijo que si Sánchez pactaba con los independentistas se iba del PSOE, ahí tiene la puerta», espetó.

Además, se preguntó «dónde están los megáfonos ahora, y los escraches, a tanto llega el servilismo», indicó, para asegurar que cuando el PSOE gobierna «se apagan los megáfonos, hay un atronador silencio; y cuando se sabía que iba a gobernar Pedro Sánchez los sindicatos inundaron el fax de la Delegación del Gobierno cancelando las protestas previstas». En esos escraches, aseguró Monago, había gente «que llevaba la olla de comida» a los que protestaban delante de su domicilio y después a un familiar suyo «la hicieron directora general del IMEX», una acusación que Fernández Vara ha calificado «como muy grave». Asimismo, defendió la «paz social», la concertación y el diálogo con sindicatos y patronal empresarial para llegar a acuerdos. «Si ahora no hay megáfonos es que a lo mejor a los que venían se les ha resuelto el problema y ya no vienen», respondió.

Sin embargo, desde Ciudadanos también se preguntaron «¿dónde ha quedado la agenda del cambio señor Vara?». Para Domínguez el presidente regional estuvo «sin ánimo» en este debate, realizó «una foto fija de Extremadura complaciente, distante y absurda». El futuro de los extremeños «es ahora, no en el año 2030, como dice usted», sentenció.

TRABAJAR JUNTOS // Sin embargo, el jefe del Ejecutivo regional manifestó ser partidario de articular «entre todos los partidos, si no al cien por cien, en un alto porcentaje un proyecto de vida» para que los extremeños puedan vivir en la región «de manera autónoma, con posibilidad de acceso a un empleo y a unos servicios públicos de calidad», y con esta intención, dijo, se presentó al debate con propuestas de futuro.

En este sentido, defendió que actualmente en Extremadura se dan las condiciones necesarias para impulsar un proyecto común basado en elementos como la tierra, el sol y el agua, que ahora aparecen como un territorio lleno de oportunidades para la región y que «hay que intentar aprovechar».

A su juicio, es necesario pensar no solo en el corto plazo, sino en el futuro porque «lo que no hagamos nosotros por nosotros, alguien vendrá desde algún despacho del mundo y lo hará por nosotros en función de la cuenta de resultados», argumentó.

En todo caso, insistió, en la región «se respira estabilidad política y paz social», algo que no es fruto de la casualidad, sino del entendimiento; un camino que debe seguir marcando el futuro de la comunidad autónoma.

En este sentido, manifestó que ante los «momentos de profundo cambio en la sociedad, en la que todo está sometido a dudas, a discusión», es fundamental articular «un gran pacto transversal e intergeneracional entre los que trabajan y los que no, entre lo urbano y lo rural, entre lo analógico y lo digital, para lograr certezas». Y de esa hoja de ruta no se va a mover hasta el final de la legislatura el próximo año.