«Llevan meses asustando y engañando a la población con el inmediato cierre de Almaraz, deberían pedir perdón», fueron las palabras ayer del presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, tras hacerse público que los propietarios de la central nuclear solicitarán la renovación del permiso de explotación de la planta, que con la nueva licencia podrá seguir operando hasta 2028 y dará así un respiro a la comarca de Campo Arañuelo. Vara agregó: «La verdad que convierte en mentiras las pronunciadas a lo largo de meses por algunos desesperados».

Según ha trascendido, en las negociaciones para que las tres propietarias de la planta se pusieran de acuerdo (Iberdrola, Endesa y Naturgy) ha sido fundamental la función de mediador del propio Fernández Vara, quien llegó incluso a comprometer su continuidad en el cargo actual si estaba en juego el futuro de esta instalación. También ha sido clave el papel de Enresa (Empresa Nacional de Residuos Radiactivos), al frente de la cual está el exconsejero de Economía e Infraestructuras de la Junta, José Luis Navarro.

Quien también quiso pronunciarse ayer tras el pacto logrado fue el presidente del PP extremeño, José Antonio Monago, quien aseguró que «no hay que bajar la guardia». «Hay que leer la letra pequeña porque hay mucha gente interesada en el cierre de la planta nuclear. Hay miles de puestos de trabajo gracias a la actividad de la central y, a día de hoy, no existe ninguna otra alternativa, porque no se puede sustituir con las energías renovables».

Por su parte, la alcaldesa de Almaraz, Sabina Hernández, consideró que «hay que seguir luchando por la prórroga de diez años siempre y cuando la seguridad de la planta esté equilibrada y sea buena». REDACCIÓN