Mario Pessini puso en marcha en julio pasado un centro de fisioterapia en Mérida. Con anterioridad había tenido varios empleos en Madrid y Extremadura como entrenador personal y fisioterapeuta --el último como encargado de una clínica-- y se decidió a abrir su propio negocio. Hacerlo le costó unos 15.000 euros. "Tuve que vender hasta mi coche", relata este emprendedor. 3.200 euros los obtuvo capitalizando la prestación por desempleo. Sobre este pago único critica dos cosas, en primer lugar, "que tardan en dártelo". En segundo, que "tienes que pegarte con el Estado para que te den todo lo que te corresponde.Yo no lo conseguí".

Su centro, Mario Pessini Fisioterapia + Deporte (también es licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte ) presta servicios de fisioterapia y de actividad física y salud. Entre ellos se incluyen recuperación física de lesiones, tratamiento de patologías de espalda, entrenamiento personal, pilates y pérdida de peso. De momento, explica Mario, la actividad da para "ir cubriendo gastos y ahorrando algo".

Este joven emprendedor pacense --tiene 31 años-- reconoce que iniciar una actividad económica por cuenta propia no resulta nada sencillo. "Tienes que luchar mucho con la Administración, siempre te están pidiendo papeles de un lado y de otro", explica. Tampoco resulta fácil el cobro de las ayudas dentro de unos plazos razonables. En su caso, calcula que recibirá los cinco mil euros que le corresponden al darse de alta como autónomo a mediados del año que viene, casi un año después de haber iniciado la actividad. "Es toda una odisea", remacha.