Cuenta Ramón Espino, un estanquero de Mérida que lleva en el negocio desde 2008, que cada vez tiene más clientes que acuden a comprar sólo filtros y papel de liar y que se marchan sin el tabaco. "Incluso algunos ya han dejado de venir por vergüenza y se van a otro tipo de establecimientos", asegura.

Este vendedor emeritense vive día a día en su local lo que reflejan los datos del Comisionado para el Mercado de Tabacos (organismo dependiente del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas): en Extremadura entre 2013 y 2015 ha habido más de siete millones de pérdidas en el negocio de los cigarrillos de liar. O lo que es lo mismo, en dos años las ventas han descendido en más de 55 toneladas (pasando de 195 a 139, una pérdida anual de 23), lo que representa una caída total del 28,5%.

¿La causa? El contrabando de la picadura de hoja de tabaco, que se ha disparado en la región y ya supera al de las cajetillas, que ha empezado a descender con rapidez. De hecho, según las cifras que maneja la tabaquera multinacional Altadis, el porcentaje de las cajetillas que se vendieron de manera ilegal a finales de 2013 llegaba al 34,1%, mientras que en 2015 sólo fue del 6,3%.

La diferencia de coste entre los cigarrillos que pasan los controles sanitarios y fiscales y los del mercado negro aviva con fuerza un negocio ilegal que cada vez tiene más tirón en Extremadura. Tal y como asegura el estanquero Ramón Espino, "el 80% del precio del tabaco son impuestos".

En el caso de la picadura, un paquete de 15 gramos cuesta unos 2,75 euros, mientras que por vía contrabando "se puede comprar medio kilo por 20 euros", cuenta un cliente habitual que conoce desde dentro el negocio, no quiere ser identificado y habla de quien le surte el material como 'mi camello'. "En mi casa fumamos todos mucho, si tengo que ir a comprar al estanco, no llego a fin de mes", asegura. Y añade: "El tabaco que me llega es de Talayuela. Lo venden en bolsitas de plástico transparente".

El testimonio de este cliente lo corrobora Jesús Bernal García, presidente de los estanqueros en la provincia de Cáceres: "En la zona de Campo Arañuelo hay un excedente que se pica y se vende en bolsas de medio kilo o de un kilo. Algunos agricultores que están negociando con estos excedentes creo que están tirando piedras sobre su propio tejado".

En este sentido, Bernal García subraya que si bien es cierto que el tabaco de contrabando viene principalmente de China (también de Andalucía vía Gibraltar y de Portugal vía Sines), es muy importante destacar ese mercado ilegal que se cultiva en la propia región, sobre todo al tener en cuenta que en Extremadura está el 95% de la producción nacional.

Recuerda las diversas intervenciones que hubo el año pasado por parte de la Guardia Civil en Talayuela y pide que haya más controles "no sólo por las pérdidas económicas que sufrimos, sino por el peligro que tiene para la salud fumar algo que no pasa por los controles sanitarios".

POR INTERNET El contrabando circula libremente por internet. Basta teclear 'comprar tabaco' en la barra de búsqueda de Google para que aparezcan numerosas páginas con anuncios del tipo: "100% natural sin polvos ni aditivos, listo para liar o para entubar". Y un teléfono móvil por el que se puede contactar a través de la aplicación 'whatsapp'.

Además, hay quien directamente compra la hoja de tabaco entera para hacer picadura casera (basta una batidora), una práctica cada vez más común. "Y de esa manera se puede vender un kilo por 10 euros", asegura el estanquero de Mérida. "Es imposible competir con esos precios".