Con la llegada del buen tiempo, propio de la primavera, acompañado del correspondiente ascenso de las temperaturas, las gargantas veratas se convierten en un punto de atracción muy importante para bañistas y amantes de paisajes realmente idílicos, que huelen a escoba blanca y cantueso, mientras la nieve corona los picos más altos de las montañas.

La nómina de este tipo de corrientes de agua se aproxima al medio centenar, y todas ellas están llenas de pozas de agua cristalina y fresca, especialmente indicada para combatir el calor de los meses estivales, cuando la chicharra forma un coro monocorde en las ramas de los árboles más cercanos, desde poco después de salir el sol, hasta que este último hace agujas por la tarde, al remontar las crestas de los montes situados al Oeste.

Pero antes de que lleguen los populares, y casi infalibles, bochornos de San Antonio , la flor de la jara salpica los montículos de las zonas más bajas, mientras la criadilla de tierra se muestra generosa en los espacios abiertos donde tradicionalmente ha sido buscada por pastores y campesinos, haciendo guiso con espárragos, huevos y cardillos.

Por otro lado, aparte de la gastronomía y el agua que marca el ritmo de La Vera, como si de un corazón formado por cascadas se tratara, la citada comarca ubicada en el Norte de la provincia de Cáceres, está formada por diecinueve municipios --cinco ostentan el bien merecido título de conjunto histórico-artístico--, que se extienden como una cadena serpenteante pegada a la falda sur de las estribaciones de Gredos.

La arquitectura tradicional verata, aquella que describió Miguel de Unamuno asegurando que "la calleja se retuerce y no se ve de un extremo a otro. No es un canal de curso recto: es más bien como el cauce de un río que fuera culebreando. Y se tiene la intimidad de la sombra"; aquella se conserva de forma extraordinaria en Villanueva, Valverde, Cuacos de Yuste, Garganta la Olla y Pasarón. El Real Monasterio de Yuste y el Emperador Carlos V configuran otro enclave que despierta el interés de muchos viajeros a lo largo del año.

Pero aparte de gargantas como Alardos, Minchones, Gualtaminos, Cuartos, Vadillo, San Gregorio, Guachos, Jaranda, Mayor, Desesperada, y Lago de Jaraíz; además de la gastronomía, junto con arquitectura, Historia y paisajes, hay que tener en cuenta el calendario festivo, que encierra citas importantes a lo largo del año, algunas de ellas de interés turístico, como Los Escobazos , que tienen lugar la noche del 7 de diciembre en Jarandilla, El Pero-Palo , en Villanueva, que coincide con los carnavales, y Los Empalaos , en Valverde de la Vera, la noche del Jueves al Viernes Santo. Esta última es de interés turístico nacional.

A todo esto hay que añadir en estos días el esplendor con que se muestra la primavera tras el largo episodio de lluvias que se han registrado durante los últimos meses.