Marzo lluvioso, abril lluvioso, mayo lluvioso... Las precipitaciones de los tres últimos meses han sido intensas y con ellas se ha alimentado una vegetación ahora frondosa que en las próximas semanas se convertirá en combustible letal para la propagación del fuego. Se da por seguro que será una campaña complicada porque las condiciones meteorológicas ya han añadido un factor extraordinario al riesgo de incendios para los próximos meses: hay maleza, mucha, y pronto se convertirá en pasto. Pero aunque eso pueda condicionar los incendios, de nuevo la climatología será también determinante en lo que suceda en los próximos meses.

«Quien marca una campaña de incendios siempre es la procedencia sostenida del viento. Hay años que salen bien porque la climatología ha permitido extinguir los incendios que se originaban», explica Miguel Ángel Cotallo desde el Colegio de Ingenieros Técnicos Forestales de Extremadura. Pero cómo vendrá el viento en cada posible caso de incendio es algo que no se puede anticipar y menos a largo plazo y para cada caso concreto.

Por el momento, la delegación de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en la región únicamente puede avanzar, a partir de los modelos disponibles en estos momentos, que el periodo estival en la región contará con unas temperaturas dentro de los valores climatológicos contemplados en el periodo de referencia (de 1981 a 2010). «Respecto a la precipitación tampoco vemos una señal clara de probabilidades de lluvia por encima, ni tampoco por debajo, de los valores climatológicos para Extremadura», añade Marcelino Núñez, responsable de la Aemet en la región.

En todo caso, y puesto que sobre la climatología tampoco se puede actuar, el elemento diferenciador sí que estará en el combustible que haya en el campo, cómo se haya actuado sobre él y también en los mecanismos de «autodefensa» que hayan puesto en marcha los propietarios de los terrenos forestales (tanto públicos como privados) y en los que lleven a cabo ahora. Con la época de alto riesgo de incendios ya en marcha, la única medida preventiva que se puede llevar a cabo es eliminar el pasto, «segarlo, porque en caso de incendio, las llamas no se propagarán con tanta rapidez si el pasto está tumbado como si está en pie. En pie, cualquier ráfaga de viento lo hará correr», razona Cotallo.

Además, las condiciones de esta primavera no solo han alimentado el pasto, sino que además árboles y arbustos de hoja perenne como pinos resineros, robles o jaras, han aprovechado las condiciones para mudar parte de su hoja, lo que también ha cargado de hojarasca el campo (más combustible).

Por otro lado, este está siendo también un buen año para segar pasto y heno (después de las penurias que han pasado los ganaderos en los años anteriores por la ausencia de lluvias) y de hecho se está haciendo muy por encima de otros años, después de los problemas que los ganaderos han pasado en los años previos por la ausencia de lluvias y de alimento para sus animales, lo que está limpiando parte del monte. Y junto a eso, gracias a las lluvias también se ha reforzado la humedad de las plantas leñosas, lo que juega a favor de la prevención de incendios: si las plantas tienen más savia arden con mayor dificultad y los incendios no avanzarán tan rápidamente.

Junto a esos dos factores, la Junta ha autorizado también prolongar hasta el 30 de junio (solo estaba autorizado hasta el 31 de mayo) las labores de pastoreo ovino en los terrenos acogidos a las ayudas a la forestación de tierras agrícolas en Extremadura, con el fin, precisamente de eliminar pasto

orden en vigor / El pasado viernes, 1 de junio, entró en vigor la orden que establece la época de peligro alto de incendios forestales del Plan Infoex, que determina las actividades que estarán sujetas durante las próximas semanas a autorización previa y las que no se podrán llevar a cabo mientras se mantenga el riesgo. Entre estas últimas: «encender fuego fuera de los supuestos expresamente previstos o autorizados con arreglo a la normativa de incendios forestales, así como arrojar o abandonar objetos en combustión o cualquier clase de material susceptible de originar un incendio forestal».

El veto se laventará el próximo 15 de octubre, «siempre que las condiciones meteorológicas lo permitan», como matizó esta semana la consejera de Medio Ambiente, Begoña García Bernal, en la reunión del comité de dirección del Plan Infoex que precede siempre al inicio de la época con mayor riesgo de incendios. El año pasado la situación de sequía y las altas temperaturas obligaron a tomar medidas especiales y a prolongar el riesgo de incendios bajo la figura del ‘riesgo medio’ entre el 16 y el 22 de octubre y finalmente se desactivó la alerta el 23 de octubre, con el inicio de la época de riesgo bajo.

Juan Carlos Gómez Roldán, jefe del Servicio de Prevención y Extinción de Incendios del Plan Infoex, reconocoe que todas las campañas tienen sus peculiaridades. Al igual que el año pasado fueron la sequía y el calor, que obligaron a trabajar muy rápido desde el inicio porque a estas alturas ya había incendios de pastos; «en este caso el condicionante será que la primavera va a provocar que haya mucho combustible en el campo y en ese sentido el riesgo de incendios será mayor», indica. Junto a eso, el hecho de que también haya en el terreno más humedad que otros años en las mismas fechas, hace pensar que la aparición de los primeros incendios se retrasará.

«Ahora mismos el riesgo es muy bajo, cuando el año pasado por estas fechas ya teníamos incendios, y bastantes, así que le vamos descontando tiempo al verano. Llegará el calor y llegarán los incendios, pero hacer cábalas de cómo se va a desarrollar la campaña es arriesgado», matiza el experto.

EL CALOR / Un elemento a tener en cuenta serán la cantidad de olas de calor que lleguen y lo prolongadas que sean. «Si llega una térmica sahariana y subimos de 40 grados durante un día, no pasa nada, pero cuando hay una inercia y esa ola se mantiene durante una semana es cuando comienzan los problemas, porque se producen fuegos y esos fuegos corren mucho», dice Gómez Roldán. Por eso considera que la cantidad de situaciones de ese tipo que se den en la campaña influirán en que esta termine mejor o peor.

La dinámica de trabajo del Infoex es una maquinaria pesada que supone engranar más de 940 trabajadores de extinción con agentes del medio natural, 95 retenes terrestres, nueve retenes aéreos, 12 helicópteros (9 del Infoex y 3 del Ministerio) y 3 hidroaviones (2 del Infoex y uno del Ministerio), que desde el viernes están en marcha con una novedad, una cámara de infrarrojos en uno de los medios aéreos que permitirá ver a través de los incendios, comprobar la temperatura del terreno y mejorar así la identificación de los fuegos que no se ven o que tienen riesgo de reavivarse por el calor acumulado en el suelo. Durante esta última semana, todo el dispositivo (al que aún se deben incorporar en los próximos días algunos medios aéreos) ya ha trabajado como si fuera una época de alto riesgo de incendios aunque en realidad el riesgo sea bajo; de momento.