El consejero de Sanidad, José María Vergeles, apostó ayer por aumentar los recursos de la atención primaria y modificar la agenda organizativa de sus profesionales para avanzar hacia un modelo «proactivo», que permita atender las demandas de salud de los ciudadanos antes de que se produzcan. Se trata de romper un «círculo vicioso» en el que las consultas demanda (aquellas que solicita el paciente cuando se encuentra enfermo) se han «comido» al resto de consultas de este nivel asistencial (las administrativas y programadas), así como las acciones de promoción de la salud y prevención de la enfermedad.

Esta es una de las conclusiones a las que se ha llegado tras los proyectos de participación comunitaria en salud que se han desarrollado en los municipios pacenses de Badajoz, Higuera de Vargas, Valverde de Leganés y la Mancomunidad Integral de Olivenza, cuyos diagnósticos se presentaron ayer en Mérida. En estos territorios los clásicos consejos de salud de zona han sido sustituidos por comisiones de salud comunitaria con la participación no solo de agentes sanitarios, sino también del ámbito educativo y social, además de las diferentes administraciones y la propia sociedad.

Con la participación de unas 85 personas en total, se han identificado los recursos sanitarios y sociales de cada área de influencia y las necesidades de la población en materia no solo de salud, sino también de vivienda, educación, personas mayores y espacios públicos, entre otras, y los han plasmado en un documento de diagnóstico, informa EFE.

CAMBIOS / Este, subrayó el consejero, es el modelo hacia el que se debe tender pues supone un cambio en la forma de trabajar, «yendo a buscar al ciudadano para que sea responsable de su proceso de salud y enfermedad», como por ejemplo se ha hecho en Higuera de Vargas con la organización de gymkanas de salud y grupos de pacientes. Con estos proyectos, añadió, se ha aportado «evidencia científica a algo que conocíamos de oído», como por ejemplo la preocupación por el envejecimiento y falta de empleo para fijar la población en el caso de los municipios rurales analizados, en los que también se ha determinado los problemas de salud prevalentes.

En el barrio pacense de Suerte de Saavedra, por ejemplo, se ha puesto de manifiesto una preocupación por el absentismo escolar y una alimentación inadecuada, se ha identificado la ansiedad y depresión como problemas de salud importantes, así como una alta tasa de desempleo y mucha dependencia de las ayudas sociales, según Vergeles. De este modo, indicó, se ha puesto de manifiesto que los problemas de salud son diferentes según los territorios y, gracias a la información recabada, los equipos de atención primaria pueden ofrecer una respuesta más acorde a estas peculiaridades.

Además, gracias a estas iniciativas, que el consejero ha calificado como «un hito de primera magnitud», se establece la metodología para llegar a estos diagnósticos, algo que ha valorado dentro del compromiso de la Junta de «regular» la participación comunitaria en salud para reconocerla «institucionalmente». Cabe destacar que en Montijo, Jerez y San Vicente también se están desarrollando experiencias similares.