Verónica Mateos trabaja desde noviembre pasado en Azulejos Granada como auxiliar administrativo. "Sinceramente, estoy encantada con mi trabajo, y más con la crisis que hay", asegura esta pacense de 25 años que padece una enfermedad rara de la piel (una esclerosis sistémica). Verónica dejó su anterior empleo en agosto pasado y, tras un tiempo trabajando como comercial, entró en el programa de Cocemfe. "Hacía ya tiempo que tenía ganas de hacerlo", señala y "tras hablar con un amigo que lleva ya años en él", se decidió. Solo una semana después encontró su actual empleo. "Estaban buscando gente con mi perfil, que no hay mucha", explica Verónica, que ha finalizado el ciclo formativo en grado superior de secretariado y que también ha cursado primero de Derecho. Su buena experiencia ha hecho que ya haya recomendado el programa a varias personas que tienen familiares o amigos con discapacidad.

A su juicio, los empresarios "ya se están acostumbrando" a contratar a discapacitados. "Si tenemos el perfil necesario, nos podemos adaptar a un puesto de trabajo exactamente igual que cualquier persona normal y corriente", asevera.