Cuando Tomás Expósito y su familia se fueron a dormir el martes por la noche, el olor ya era notable, pero cuando ayer se despertó la situación se había vuelto insoportable. Picor en la garganta, escozor en los ojos, incluso ganas de vomitar eran síntomas evidentes entre muchos vecinos de Cordobilla de Lácara (Badajoz) a primera hora de la mañana de ayer. El alcalde de la localidad, Antonio Cruz, también los notó y no dudó en actuar. Lo primero, desalojar el colegio público Zurbarán, donde 80 alumnos y el personal docente sufrían esos males fruto del intenso olor, y poner en aviso al Seprona y la Guardia Civil para ver qué pasaba. Tras las primeras investigaciones ordenó un bando municipal aconsejando a los vecinos abrir puertas y ventanas para airear las casas, aclarando, eso sí, que el agua del grifo es potable. Pero, de dónde procede ese fuerte olor y qué lo ha podido causar. A falta de que los trabajos concluyan, las primeras hipótesis de los técnicos que tratan en el caso apuntan a un vertido de algún producto tóxico en la red de saneamiento.

Se da la circunstancia de que en este pueblo no se utilizan pesticidas en el campo y que recientemente se han curado los olivares que lo rodean con cobre y abono. Al parecer, la mezcla de cobre con algún producto aún desconocido se ha podido verter a una alcantarilla y eso ha podido provocar esa fuerte olor irritante que se asemeja al azufre, aunque ninguna autoridad municipal ni los técnicos se atrevían ayer a decir qué es.

Lo cierto es que los vecinos están preocupados a la espera de saber qué es lo que ha podido pasar y ayer no había otro tema de conversación en el pueblo. Las zonas más afectadas han sido el propio centro escolar, donde "el olor era muy fuerte y se ha desalojado por precaución", señalan desde el colegio; y el centro de salud, donde se vivió esta misma situación, así como algunas viviendas cercanas a estos edificios, como la habitada por la familia de Tomás Expósito. "Dejamos ventanas abiertas anoche porque el olor era insoportable y hoy tampoco se puede parar en casa", señaló ayer este vecino, mientras muestra partes de su vivienda, como el cuarto de baño, donde el olor es más intenso, y abre puertas y ventanas.

La situación se repite en otra casa cercana, mientras los vecinos forman corrillos en la calle y comentan lo sucedido. Sin embargo, hay otros, como Pedro, un anciano que vive en la plaza del pueblo, que aseguraba no haber "notado nada".

TRANQUILIDAD El alcalde insiste en que no hay riesgo para la salud pública y que se puede consumir agua sin problemas en los hogares, aunque reconoce que el vertido "ha sido importante" y que hay personas que sufrieron escozor en la garganta y en los ojos, sobre todo en el colegio y viviendas cercanas. "Se han sacado muestras de agua y los resultados dirán qué es lo que ha pasado", explica. El consistorio procedió ayer a limpiar las alcantarillas, vaciándolas de gas, para aclarar los hechos.

En principio, los alumnos volverán hoy al colegio con normalidad, aunque si el olor persiste permanecerá cerrado.