Desde hoy, todos los antibióticos que se administren a animales que se vayan a destinar al consumo humano deberán contar con la prescripción de un veterinario y este deberá notificarlo en el nuevo sistema de información que controlará el Ministerio de Agricultura a través de las comunidades autónomas. El DOE publicó ayer el decreto que regula la prescripción veterinaria para los animales de consumo humano, aunque por el momento solo será de aplicación para los antibióticos. El decreto establece en una disposición transitoria una moratoria hasta el 1 de julio de las obligaciones establecidas para las prescripciones del resto de medicamentos.

La medida trata de controlar y frenar el uso de antibióticos en los animales que van a entrar en la cadena alimenticia por los problemas de resistencia que están empezando a aparecer en la aplicación de este tipo de fármacos en el tratamiento de las infecciones bacterianas en los humanos, precisamente por un abuso de los antibióticos, tanto en el hombre como en los animales.

Según el decreto, las recetas se podrán emitir tanto en formato manual como electrónico, y se deberá comunicar la prescripción en un plazo máximo de entre tres y siete días, según el caso. Habrá que registrarlo en el sistema habilitado por la Consejería de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y del Territorio, medianta alguna de las plataformas autorizadas (hay una de la Organización de Colegios de Veterinarios y varias de distintas comunidades) y esta pasará los datos al Ministerio de Agricultura.

«La receta mejorará la trazabilidad. Pero nos hubiera gustado que el decreto fuera más allá. Que se vigilara no solo la prescripción, sino también la dispensación de los fármacos», afirma José Marín Sánchez Murillo, presidente del Colegio de Veterinarios de Badajoz. El colectivo presentó enmiendas en este sentido en la tramitación y además ha tomado medidas para estrechar la vigilancia y evitar actuaciones dudosas, modificando el código deontológico: «Para que un veterinario pueda prescribir un fármaco a una explotación ganadera, debe acreditar que conoce la explotación», explica.