Los usuarios del talgo Badajoz-Barcelona, que actualmente realiza el recorrido directamente con una parada intermedia en Chamartín (Madrid), tendrán que cambiar de tren en Atocha una vez que se suprima la línea, según confirmó un portavoz oficial de Renfe que, en todo caso, indicó que "aún no hay nada definido" y que por tanto se desconoce cuánto tiempo se perderá en el transbordo. Sin embargo, el presidente del comité de empresa, Manuel Nicolás Taguas, volvió a confirmar lo adelantado el pasado día 7 a EL PERIODICO, en el sentido de que la conexión directa con Cataluña se eliminará el 15 de enero. Los emigrantes serán los más perjudicados.

Según Renfe, la decisión definitiva está a expensas de la apertura de la línea de alta velocidad entre Madrid y Lérida, prevista, en principio, para finales de este año, pero que no funcionará hasta principios del próximo año.

Una vez que el AVE esté en marcha, los viajeros que partan de Badajoz o Cáceres no llegarán a Chamartín, donde para ahora el talgo con Barcelona, sino que se quedarán en Atocha. Desde ahí se tomaría otro tren "de rodadura desplazable", es decir, adaptado para viajar tanto por el ancho de vía europeo --que es el del AVE-- como por el español --que seguiría en el trazado Lérida-Barcelona-- para llegar al destino. Renfe apunta que a día de hoy no es posible precisar horarios y precios de la nueva conexión.

Por su parte, Manuel Nicolás Taguas insiste en que la conexión se suprime el 15 de enero "y, de hecho, no se expenden ya billetes directos para después de esa fecha", lo que, a su juicio, abocará a los pasajeros al tren que va por Levante, "que es un suplicio", o a elegir el autobús, "porque quien usa la línea con Barcelona suele ir cargado de equipaje y no le es cómodo hacer un transbordo". Por ello, exigió que se mantenga el enlace, dotando a esta línea de un talgo con eje adaptable a los cambios de ancho de vía "como se ha hecho con el de Andalucía". De otro modo, el ferrocarril volverá a perder viajeros, alerta.