Los agricultores extremeños vuelven a Madrid. Y quien no sepa qué les ha llevado a movilizarse otra vez pensarán que le han cogido el gusto a eso de ondear sus banderines tricolores por la capital. No siempre llueve a gusto de todos.

El 50% de la explotación de José María Merchán, agricultor de Aceuchal de los Barros, son olivos, "algunos tienen más de mil años", afirma, y se pone muy serio para hablar de este tema: "Son testigos directos de nuestra historia. Cada olivo produce más de un jornal al año y si esta reforma sigue adelante muchos agricultores tendríamos que arrancarlos".

Juan Elías Sevillano procede de Casar de Palomero y se siente "muy decepcionado". "Si nos quitan la subvención no podríamos vivir en los pueblos y tendríamos que ir a la ciudad en busca de trabajo". En Fuente del Maestre Felisa Martínez es la dueña de un cine, pero su marido es agricultor. Expone la dificultad para vivir de los olivos. "Recortando las ayudas llegaremos a un punto en que Extremadura quedará desierta".

Bibiano Serrano, presidente de Apag-Extremadura, echa mano de los números para explicar la injusticia que vive el sector. "Pedimos que se nos asignen 300 euros por hectárea. Jaén está cobrando de media 700 euros mientras que los extremeños tan sólo 157. Vale lo mismo una oveja en Extremadura que una oveja en Andalucía y queremos lo mismo para la aceituna".

Higino Burcio, portavoz de la Mesa del Tabaco, hizo referencia manifestación que vivió este sector en la capital de España hace un mes. "Se volcaron todos los extremeños, y es un compromiso moral estar hoy aquí también, apoyando el problema del olivo de bajo rendimiento. Porque cuando ocurra alguna injusticia referente a la agricultura extremeña estaremos todos para defenderlo".