Forman parte del paisaje de muchas localidades y en algunos casos incluso integran el 'skyline' que recuerda la actividad industrial que varias décadas atrás dio vida a muchos municipios de la región. En Extremadura hay más de 40 chimeneas de ladrillo que pertenecieron a distintos tipos de industrias de una veintena de localidades, según la catálogo que ha conseguido reunir la asociación ecologista Adenex, que ha solicitado a la Junta de Extremadura que proteja las que aún están en pie. El colectivo dirigió un escrito el pasado verano a la Dirección General de Bibliotecas, Museos y Patrimonio Cultural de la Junta de Extremadura requiriendo su atención sobre las antiguas chimeneas industriales de ladrillo y solicitando que les sea otorgado algún grado de protección, al amparo de las figuras que contempla la Ley extremeña de Patrimonio Histórico y Cultural del año 1999. En esta normativa se recoge la posibilidad de que los bienes del patrimonio histórico o cultural puedan distinguirse con la declaración de Bien de Interés Cultural o también con la figura de Bien Inventariado, «que se destina a bienes singulares o con valores dignos de ser preservados», según explican desde la asociación conservacionista.

El colectivo dirige su reivindicación a la Junta de Extremadura, pero también a los ayuntamientos de las localidades en las que se conservan estas chimeneas. Quieren que contribuyan a ponerlas en valor incluyéndolas en sus Catálogos Municipales de Bienes Protegidos, como testigos de las actividades que enriquecieron la vida y la economía de sus localidades.

Excepciones

Dentro del conjunto, hay algunas excepciones. La torre de los viejos hornos de la mina de la Esmeralda de Cáceres es uno de los elementos que aparece en la relación de chimeneas. En este caso, la torre está protegida ya junto al resto del conjunto de las minas de Aldea Moret como Bien de Interés Cultural, desde el año 2011. Fue el Ayuntamiento de Cáceres el que inició el trámite en el año 2009 con el fin de proteger y preservar el patrimonio que se mantenía en pie de su pasado minero. También cuentan ya con el mismo grado de protección la Casa de Cultura de Villafranca de los Barros en la antigua fábrica harinera. Pero son casos aislados y la mayoría no tienen ningún grado de reconocimiento que garantice su conservación.

A nivel local, sí que se han dado algunos pasos en Plasencia, Mérida o Villafranca de los Barros, donde las antiguas chimeneas están incluidas en sus catálogos. También han empezado a trabajar en esa línea en el Ayuntamiento de Almendralejo, a petición de la Asociación de amigos de las Chimeneas, fundada en esta localidad, que es la que más torres de este tipo conserva en la región con una decena aún en pie.

«Tres de las torres que había fueron derribadas, pero hemos conseguido que el ayuntamiento incluya la protección de las torres en el nuevo plan general que se va a aprobar, y sabemos que han paralizado algunas actuaciones que afectaban a las torres que quedan», explica Manuel Rodrigo, fundador del colectivo, que ha colaborado con Adenex en la recopilación de chimeneas. En la localidad destacan torres como la de las bodegas Montero, de 30 metros de altura y base ortogonal, o la del antiguo convento de San Antonio, que se levantó en el año 1890. «Hemos conseguido concienciar a la población de la importancia de este legado cultural, hemos creado una ruta de las chimeneas y hemos conseguido hacer ver que pueden ser un recurso turístico», explican desde el colectivo.

Arquitectura singular

Adenex considera que estas antiguas chimeneas industriales de ladrillo son elementos arquitectónicos «singulares, irrepetibles, característicos de sus enclaves». Ponen además en valor que la situación en la que se encuentran estos vestigios es muy diversa según la localidad. «unas pertenecen a antiguas instalaciones mineras y se asientan en medio de las dehesas y pastizales, otras se encuentran en zonas urbanas donde evacuaban los humos de servicios e industrias variadas como termoeléctricas, cerámicas, almazaras, harineras, licoreras o jaboneras», recuerdan.

El estado de conservación también es muy dispar. Mientras que en algunos casos se mantiene el conjunto industrial en su integridad, lo que facilita recuperar su contexto e interpretar su significado (el caso de las torres de las bodegas de Almendralejo o de Cáceres el complejo minero de Aldea Moret), mientras que en otros casos se trata de chimeneas totalmente aisladas, «descontextualizadas del conjunto industrial al que pertenecieron», recuerdan desde el colectivo. Es lo que sucede en casos como la torre de la antigua fábrica de ladrillos en Mérida, que se conserva aislada y se ha incluido en Catálogo Municipal de Bienes y que da nombre a la urbanización que se levantó en los terrenos de la antigua fábrica.

Hace unos días Adenex ha reiterado la petición a la Junta de Extremadura, instándole a que se pongan en marcha «todos los mecanismos administrativos oportunos para la protección de estos elementos de arqueología industrial así como, en los casos en que sea oportuno, de las instalaciones industriales de las que formaban parte», explican en una nota.

Chimeneas en estudio

La Consejería de Cultura ha iniciado ya los trámites es que podrían conducir a la declaración de las chimeneas como Bien de Interés Cultural (BIC) el máximo grado de protección que se puede otorgar al patrimonio. En concreto, según explican desde la Consejería de Cultura, se ha comenzado ya con el «análisis de la propuesta» para proteger este patrimonio industrial. En todo caso, se trata de un expediente «con un alto grado de complejidad», según reconocen desde el área de Cultura, y por tanto la tramitación también será larga. Las causas de esa complejidad son las mismas a las que hace referencia Adenex; básicamente, la heterogeneidad de los bienes, la variedad de situaciones en cuanto a la titularidad (algunas están en manos públicas y otras privadas) o la implicaciones urbanísticas que supone en cada caso la protección. A eso se une además el distinto grado de conservación en cada una de las chimeneas, muchas abandonadas y en ruinas, tras ser durante décadas protagonistas del auge económico y social.