Extremadura se acostó y se despertó ayer con rachas de viento que llegaron a superar los 100 kilómetros por hora en algunas zonas del sur de Badajoz como Jerez de los Caballeros, Fuente de Cantos o Llerena. Fuertes vientos y abundantes precipitaciones en localidades del norte de Cáceres como Madrigal de la Vera y Garganta la Olla, que acumularon más de 80 litros por metro cuadrado, consecuencia de la ciclogénesis llamada 'Gong'.

Este fenómeno atmosférico mantuvo en vilo a los bomberos y agentes que en siete horas, hasta las doce el mediodía de ayer, recibieron más de 1.500 llamadas y atendieron más de 200 incidencias sin víctimas, hasta la tarde. Minutos antes del cierre de esta edición, la policía local de Aceuchal confirmaba la muerte de una mujer de unos 50 años en una casa de campo de las afueras. Según testimonios de los vecinos, la víctima recibió el golpe de una puerta que se desplomó, y un familiar la encontró por la noche sin vida.

Fue el único daño personal, unido a algunos sustos y numerosos destrozos materiales: ramas y árboles caídos en las calzadas, desprendimientos de cornisas y fachadas de edificios, tejados desprendidos, así como daños en infraestructuras de suministros eléctrico y telefonía, que provocaron apagones de luz que duraron más de diez horas en poblaciones como Ribera del Fresno, y cortes de calles y carreteras.

Entre las afectadas la Ex-300, que une Almendralejo y Solana, que permaneció cerrada varias horas durante la madrugada; la Ex-360, de Fuente del Maestre a Villafranca, también fue cortada por el desplazamiento de los bidones de una bodega próxima, así como la que une Alange y Mérida, donde un árbol caído atravesó la calzada.

El temporal también obligó a Hellitt a suspender los dos vuelos previstos ayer, a Madrid y a Barcelona, tanto las salidas como las llegadas. Uno de los incidentes más destacados de la jornada de ayer se registró en Calamonte, donde el desprendimiento de 180 metros cuadrados de la cubierta del IES Ruta de la Plata por las fuertes rachas de viento, de hasta 76 km/h, obligaron a desalojar a 15 familias y a suspender las clases a partir de mañana para los 430 alumnos del centro.

"HEMOS PASADO MIEDO" Según explicaron los vecinos afectados, la techumbre se desprendió alrededor de las cinco de la madrugada y los fragmentos de acero galbanizado salieron disparados hasta impactar contra el suelo de las calles colindantes, causando daños al cerramiento del centro e incluso a un vehículo estacionado. "Hemos pasado una noche desagradable. Las ventanas de las habitaciones de mis hijos dan al instituto y hemos tenido que levantarles de madrugada y llevarles a nuestra cama porque nos daba miedo de que algo que viniera volando se metiera dentro", aseguró ayer Juan Fernández Valero, el vecino que llamó a los bomberos.

Hasta el lugar de los hechos se desplazó la consejera de Educación y Cultura, Trinidad Nogales, que explicó que su intención es acometer "una actuación muy contundente" para evitar otro incidente similar en el centro, cuyo tejado ya salió desprendido por el viento en el 2009.

La concejala de Educación de Calamonte, Laura Almendros, explicó que por recomendación de los bomberos, las 15 familias que residen más cerca del centro fueron desalojadas de sus casas ante la posibilidad de que hubiera nuevos desprendimientos. Las consecuencias se repitieron en el instituto de Orellana, cuya cubierta extendida por cuatro aulas también se desprendió por el fuerte viento; y lo mismo ocurrió en el pabellón de deportes de Castuera.

En Almendralejo, una de las chapas que forman el edificio de la Zona Joven salió volando ayer y también se derrumbó el cerramiento del chalé de la edil de Festejos, así como varios árboles que causaron destrozos en un coche. Fue la escena más repetida en Mérida, Cáceres y Badajoz, donde un arbusto cayó sobre un vehículo con una familia en su interior, que resultó ilesa. En Zafra y Don Benito los bomberos realizaron más de una decena de salidas por motivos similares. Ya en el norte, el Sepei de Plasencia tuvo que efectuar una de las actuaciones más arriesgadas de la jornada. Un árbol caído sobre una línea eléctrica en el río Jerte obligó a utilizar una zodiac para cortar las ramas desde el cauce, y evitar que parte de la ciudad se quedara sin luz. El viento complicó la operación, pero los efectivos liberaron finalmente el tendido, informa L. Luceño.