Los últimos días de cada mes se reproduce desde hace años un terremoto de cifras en las oficinas de la Seguridad Social, aunque el pasado 31 de agosto dicha sacudida fue especialmente intensa: el día en que se destruyeron más puestos de trabajo en la historia de España. En dicha jornada se dieron de alta 58.375 afiliados y de baja 363.017, lo que dejó un saldo de 304.642 trabajadores menos.

Los picos de altas y bajas, en un mercado donde en agosto el 90,4% de los contratos fueron de duración temporal, son una constante, especialmente alimentada en aquellos meses de mayor estacionalidad por sectores como el de servicios.