La población cacereña de Villanueva de la Sierra celebró ayer la edición número 216 de su Fiesta del Árbol, declarada Bien de Interés Cultural en 2017 y en la que se han plantado 200 árboles autóctonos en el municipio.

La celebración contó con la participación del director general de Política Forestal de la Junta, Pedro Muñoz, que destacó las iniciativas del Ejecutivo extremeño para evitar incendios forestales y contribuir al mantenimiento y recuperación de las masas forestales. Tras felicitar a los vecinos de Villanueva de la Sierra, Muñoz recordó que la Junta participa en este evento con la donación de plantas procedentes de sus propios viveros.

Entre estos ejemplares se ha entregado un cedro, que se ha plantado en el patio del colegio para reponer el emblemático árbol de la misma variedad que había en el lugar y fue derribado por efectos de un temporal, según explicó Pedro Muñoz. El director general también puso en valor las medidas de educación ambiental en las que colabora su departamento con talleres impartidos por personal de los cinco viveros forestales de la Administración donde se reproducen y conservan gran número de especies autóctonas de árboles y arbustos.

Los inicios de esta fiesta se remontan al 26 de febrero de 1805, Martes de Carnaval, cuando se realizó en esta localidad cacereña una plantación de álamos en las zonas del Ejido y Fuente de la Mora, a la que fueron convocados párrocos y alcaldes. En la plantación, realizada por alumnos de la escuela en una celebración de carácter festivo que se prolongó tres días, participaron todos los vecinos y así venía recogido en el Semanario de Agricultura y Artes en octubre de ese mismo año.

Desde entonces, y de manera casi ininterrumpida, excepto durante la Guerra de la Independencia y la Guerra Civil, esta localidad de la Sierra de Gata rinde homenaje al árbol con la plantación de encinas, robles, alcornoques, castaños o abedules, entre otros, sin olvidar el olivo, símbolo de paz y que forma parte de la identidad de la localidad y la comarca.