Villanueva de la Vera se encuentra inmersa desde el pasado sábado, con la confección del muñeco, en plena celebración de la popular fiesta carnavalesca del Pero-Palo, cuyos ritos alcanzarán su máximo esplendor mañana martes, especialmente durante la tarde, que es cuando el pelele que representa al malhechor es quemado viéndose reducido a cenizas.

Antes se habrán celebrado ritos tan singulares como el ofertorio de las calabazas y la condena a muerte de este personaje, que muy bien pudiera tratarse de un ladrón de ganado, mujeriego, que traía en jaque a los vecinos de Villanueva, allá por el Medievo, ya que hay constancia, según algunos autores, de que intervino el Tribunal de la Santa Inquisición de Llerena, de donde podían proceder las alabardas.

Ayer domingo comenzó La Judiá, hasta mañana, que será el día más representativo de las fiestas villanovenses con múltiples actividades: toque de diana, recogida de alabardas, corrida de las elecciones --en la que un mozo recorre en burro las calles del pueblo anunciando la condena a muerte del Pero-Palo--, la salida de los calabaceros, el ofertorio de estos últimos, el paseo de la capitana, la jura de bandera, las angarillas y la muerte del Pero-Palo, con quema del pelele.

Sin duda la corrida de las elecciones es el punto más polémico de la festividad, después de que diversos grupos de defensa de los animales denunciaran el uso del burro en este pasaje porque consideran que el asno sufre malos tratos en esta fiesta, declarada de Interés Turístico Regional.

El alcalde, José Antonio Rodríguez Calzada, ha vuelto a negar que el burro que participa en La corrida de las elecciones sufra malos tratos.