Podría ser cualquier otro municipio de la región, pero es Villar de Rena. En este punto de la provincia de Badajoz, a escasos kilómetros de la de Cáceres, confluyen varios indicadores que lo erigen como el pueblo con mayor bienestar social de la región. Así lo asegura el Atlas Socioeconómico de Extremadura 2014, un trabajo elaborado por el Instituto de Estadística de Extremadura y el Instituto Lawrence R. Klein-Centro Gauss de la Universidad Autónoma de Madrid, que presentó recientemente la vicepresidenta del Gobierno regional, Cristina Teniente, en la propia localidad, en la que residen poco más de 600 habitantes, aunque la cifra oficial se eleva hasta los 1.422 vecinos tras sumar la población de las dos entidades menores: Puebla de Alcollarín y Palazuelo.

Tal designación, que ha causado sorpresa entre los vecinos, resulta de ponderar 18 variables distintas que miden ocho indicadores: el nivel socieconómico de las familias (renta por habitante y nivel educativo), la salud, el empleo, el equipamiento de los hogares, los servicios esenciales, la accesibilidad a servicios comerciales y de ocio, la participación social y el entorno natural (la superficie de ríos y regadío). En todas, Villar de Rena supera el valor medio de Extremadura, pero es en el último indicador donde el municipio más destaca con un índice de 550,9 sobre 100 (considerado la media regional), ya que se trata de una población agrícola de las Vegas Altas del Guadiana --bañado por dos afluentes, el río Ruecas y el Alcollarín-- con una extensión superior a los 80 kilómetros cuadrados, destinados en su mayoría al cultivo de frutales y arroz.

También supera los valores medios del resto de la región en "la oferta de servicios" (con un índice desagregado de 233,2 sobre 100), es decir, la localidad cuenta con instalaciones deportivas, suficientes plazas de educación Primaria, consultorio médico, oficinas bancarias y establecimientos de restauración y bares proporcionales para su población. Y otro de sus puntos fuertes, según el estudio, es la accesibilidad a los municipios cabecera de servicios (176,6 sobre 100) por su ubicación geográfica, a solo 12 y 17 kilómetros de distancia de Villanueva de la Serena y Don Benito, respectivamente. Obtiene los valores más bajos en el nivel socioeconómico (103,2) y la salud (106,9).

"Nos puede sorprender que un pueblo pequeño obtenga el mayor índice de bienestar social, pero no hay que mirar solo a este municipio, muy cerca está Villanueva que tiene el segundo mayor índice, lo que quiere decir que algo hay en esta comarca", señala la profesora de Economía Aplicada Coro Chasco, una de las autores del estudio. La economista explica que los resultados se basan en las estadísticas disponibles y objetivas para poder desagregar los datos por municipios y apunta que no es un índice de felicidad sino de la calidad de vida de un determinado lugar, que no tiene que ser percibida igual por todos sus habitantes. "El bienestar es algo subjetivo y lo que medimos son elementos objetivos que causan la felicidad subjetiva".

A los villariegos les ha asombrado tal mención, incluído a su alcalde, Jesús Sánchez Marcelo: "Me ha sorprendido para bien. Creo que se debe al regadío de la zona que ocupa casi todo el término y eso influye en el trabajo y la renta". Los vecinos coinciden en que el entorno natural es una ventaja, aunque como en otros núcleos rurales echan en falta más servicios y más ocio. No obstante, la mayoría dice que no lo cambian por ningún otro municipio.