Los vinos que se elaboran en Extremadura tienen calidad aunque "les falta ambición" si quieren hacerse un hueco en el mercado internacional, donde hay gran competencia, según Javier Luengo, miembro del equipo de catadores de la conocida Guía Peñín.

Así lo asegura en una entrevista con motivo de la cata que ha llevado a cabo esta semana en Extremadura, donde ha analizado 120 vinos extremeños, de la denominación de origen Ribera del Guadiana y de la distinción Vinos de Extremadura, para su nueva edición de 2014.

Esa cantidad de vinos analizado se podría elevar hasta los 140 o 150 vinos, una vez que se analicen los que se registran en las oficinas de esta guía en Madrid y que no han podido ser examinados en la visita de dos días a la sede del consejo regulador de la denominación de origen.

Según Javier Luengo, los vinos extremeños analizados están en el segmento "de calidad media", porque son vinos "bien hechos", pero "les falta definición, algo diferenciador" en un mercado de gran competencia como es el de los vinos.

En este sentido, asevera que tienen ausencia de una "gama top potente", que abra las puertas a una bodega en el mercado nacional e internacional para luego poder introducir un vino de gama media o incluso el granel.

"Con 2.000 o 3.000 botellas eres capaz de demostrar que sabes hacer algo mejor de lo normal", apunta Luengo, que cree que precisamente ese vino debe servir "de caballo mediático para intentar tirar del resto del vino" extremeño.

A su juicio, la fortaleza de los vinos extremeños está en la "buena relación calidad-precio", aunque tienen un mercado "excesivamente local" y "les falta ambición al viticultor y al productor de la zona".

Al margen de la tónica general, asevera que en Extremadura también se hacen "grandes vinos", aunque aún son excepciones, por lo que confía en que esta sea la línea a seguir en los próximos años "poco a poco ampliando el radio de comercialización".

Luengo reconoce que el vino extremeño tiene "un fuerte arraigo de la venta a granel", que ha sido un mercado muy bueno en los últimos dos años, con precios elevados.

"Es un mercado interesante", aunque produce cierta comodidad en los productores cuando sería conveniente una progresión del sector, aunque "los cambios son muy lentos y se necesitan muchos años" y añade que Extremadura "se sabe hacer buenos vinos" pero cree que tal vez hay cierto temor a arriesgarse.

En cuanto a la cosecha de 2012, señala que la cosecha de vinos "no ha tenido vinos excesivamente sobremadurados, lo que es positivo", a pesar de haber sido una "cosecha complicada" como consecuencia de las elevadas temperaturas.