No pudo ser tal como estaba previsto. A la luz de una tarde gris y durante dos horas los pasos de la Entrada Triunfal de Cristo en Jerusalén (La Borriquita) y la Virgen de la Palma hicieron el recorrido que estaba fijado desde la parroquia de San Roque, pero no se atrevieron a entrar en la carrera oficial y al llegar a la plaza de San Andrés dieron media vuelta para regresar a su iglesia, ante la amenaza de lluvia, que sólo fue tímida.

Este año la cofradía lucía sus mejores galas con el estreno del palio de la Virgen de la Palma, y aunque tenían un plástico para taparlo, era la gran joya de este desfile, que había que proteger. Confeccionado en el taller sevillano de Antonio Vargas, es un palio de malla de oro, estilo barroco sevillano con corte macareno. La Virgen de la Palma nunca había llevado palio y el que ayer lucía está por terminar; lleva la Gloria, bambalina delantera y los doce varales repujados en la orfebrería Villarreal de Sevilla. Ha sido el fruto de todo un año de trabajo.

También se recuperó ayer en el paso de La Borriquita la palmera que llevaba antiguamente, con una parte sintética y otra natural. La procesión iba acompañada de dos bandas, una propia, de tambores y cornetas del Santísimo Cristo Rey y con la Virgen de la Palma, la Banda Municipal de Villanueva del Fresno. Con ellos los nazarenos portando palmas traídas de Elche.