Tras estudiar Restauración de Arte, en Madrid, y realizar un master en gestión cultural durante este año en la Universidad de Salamanca, Lola ahora está como voluntaria en el Centro de Artes Visuales Fundación Helga de Alvear, en Cáceres. Esta es su primera vez en una galería de estas características. Ya había realizado prácticas anteriormente, pero siempre en empresas más pequeñas.

Aquí desempeña diversas funciones, aunque, principalmente, se ocupa de los niños que visitan el centro. Lola ha de idear, desarrollar y llevar a cabo los talleres para los grupos de los numerosos campamentos que por allí pasan durante la semana. También se encarga de enseñarles el museo mediante visitas guiadas, que ha de adaptar según la edad de cada grupo. Los sábados también lleva a cabo talleres, que cambian de forma mensual, para niños a los que traen sus padres. Parece estar muy contenta, aunque admite también estar bastante ocupada, "están viniendo un montón de niños, más de los que me pensaba", dice.

Lola destaca la libertad con la que cuenta para trabajar por su cuenta y agradece el no tener que hacer lo que le impongan. "Te dan la posibilidad de que pienses tu propuesta y de que hagas lo que realmente te apetece hacer", señala. Describe las prácticas como "un intercambio favorable para ambos" y cree que estas "son muy útiles tanto para nosotros, como para la institución". Uno puede ganar experiencia y aprender cómo funciona una galería por dentro mientras que esta, a su vez, también se beneficia del que llega con su manera particular de ver las cosas.