--¿Cuándo empieza a darse cuenta de que no está a gusto en un cuerpo de mujer?

--En la adolescencia. De niño te entienden, no te entienden. En esa época no notas que algo va mal. Para los padres es una situación absolutamente difícil y complicada. Tengo que entender el papelón que es para un padre. En ningún momento podría condenar si los míos han dejado de entender algo. La etapa de la adolescencia es la complicada. Unele a esta etapa que no te entiende ni Dios.

--¿Cómo fue en su caso?

--Imagina que tú sales con tu pantalón vaquero intentando ser lo más masculino posible y que, de repente, te guste una niña. Lo primero que dicen es que eres lesbiana y a partir de ahí, es una confusión, te machacan, no quieres hacer más daño en casa, te callas, te encierras, ya lloras solo, pero también ves que los demás están llorando por otro lado. Yo les digo a los padres con los que me reúno que no lloren en habitaciones separadas, que traten de llorar con sus hijos, juntos, que se entiendan y hablen.

--¿Piensan que es algo pasajero?

--Sobre todo en la niñez, los padres recurren al ya se le pasará, pero cada vez va a más y tienes más necesidades. Y, cuando físicamente empiezas a desarrollarte, ya te quieres morir.

--Dice que su pesadilla recurrente es volver a tener pecho

--Sí. Me despierto muchas veces sudando y rápido me toco el torso. Yo aborrecía los espejos y, para sentirte un poco mejor empiezas con vendas y acabas con esparadrapo. El día que te quitas eso de encima naces. Yo he nacido tres veces; la que nací con el despiste encima; el día que me despierto de la anestesia de la mastectomía y el día que me dieron mi DNI nuevo.

--Se hizo la mastectomía con 40 años, ¿por qué no antes?

--Porque mi madre era una enferma de riñón, tuvo un trasplante fallido y decidió que no quería trasplantarse más. Ella siempre me ha apoyado, pero el miedo la pudo. Al rechazo social y a meterme en el quirófano. En una conversación me dijo: mira, yo no voy a durar mucho, sé que tú quieres hacer esto, pero hazlo cuando yo no esté. Y lo hice con mil amores porque la adoraba.

--¿Notó rechazo?

--Nada más operarme, iba tan feliz por la calle del Sol y una mujer me dijo que no entendía cómo arriesgábamos la vida en un quirófano por tonterías. Me dijo: ¿no hay subnormales? ¿Y los subnormales se operan?

--Pero volvió a nacer

--Sí, empiezo ya con ropa de mi talla, ya puedo elegir mi ropa y empiezo a hacer cosas como ir a la playa y mirarme a un espejo.

--Y el proceso de reasignación

--Yo soy diabético y mi endocrino me dijo que no me podía hormonar, pero le escribí una carta a la juez, con un informe médico, diciéndole que quería ser Diego Neria. En 15 días me llamaron y me dijeron que me la concedían. Todo el mundo acabó llorando. Oficialmente ya era Diego.

--Al final se pudo hormonar

--Sí. Llegó un nuevo endocrino, David Peñalver, que es mi creador y le debo la vida, y me dijo que podíamos intentarlo. A los 40 empezó a cambiarme la voz. Yo cantaba con voz de soprano y ahora tengo una voz baritonal. Tuve que cambiar el tema de luz, agua, la nómina, que tardó más porque era el primer caso así de un funcionario.

--¿Siempre ha tenido relaciones con mujeres?

--Sí, y además con mujeres heterosexuales. En mi vida he tenido una relación con una lesbiana. En el tema del sexo te tienes que olvidar del sota, caballo y rey. El punto G de las mujeres está en la cabeza.

--Y lo próximo será casarse

--Sí. Cuando todo esto pase. A Macarena la conocí hace un par de años en una página de internet de contactos y una noche estuvimos chateando durante doce horas seguidas. Yo no le había contado lo mío y temí que todo se estropeara, pero lo hice y también a su familia, católicos de Sevilla, cuando saltó la noticia de que nos recibía el Papa. Y volvió el miedo al rechazo, pero no he tenido ningún problema y soy feliz.