A estas alturas del año la mayoría de las autoescuelas debería estar planificando la época más intensa del año con el aluvión de alumnos que aprovechan los meses estivales para cumplir con los trámites para obtener el carnet de conducir. Pero en el sector ya asumen que no será un verano normal y muchos de ellos creen que la crisis económica derivada de la pandemia del coronavirus impactará también de lleno en su sector. La normalidad en la actividad no se recuperará hasta comienzos del 2021. «Muchas familias se están quedando tocadas económicamente, con despidos y ertes, y en ese caso no van a considerar una prioridad sacar el carnet de conducir», dice Pedro Paredes que tiene una autoescuela en Don Benito y ejerce de portavoz de las empresas de la zona.

Las autoescuelas retomaron el lunes la actividad, una vez que la DGT anunció el pasado fin de semana que se reanudaban los exámenes para obtener el permiso de conducir en todas las jefaturas que se encuentran en territorios de la fase 2 como es el caso de las de Cáceres y Badajoz. De hecho, los primeros exámenes se llevarán a cabo esta misma semana en el caso de Badajoz (para recuperar puntos) y desde el lunes en Badajoz y Villanueva de la Serena, el único centro desplazado de la provincia pacense que puede hacer exámenes de momento. En Cáceres, se reanudarán desde el día 1 de junio las pruebas teóricas y a partir del día 8 serán los primeros exámenes prácticos. El primer teórico será en el centro de Navalmoral de la Mata, porque el que debía examinar a alumnos cuando se decretó el estado de alarma. El día 2 serán en Plasencia, el 3 en Coria, el 4 en Trujillo y el viernes 5 en Cáceres. A partir de la semana siguiente se reanudarán los exámenes prácticos y el ciclo habitual de teóricos, con una cadencia máxima de 15 días. «No creo que venga una avalancha de alumnos ahora, hay temor a compartir espacios», reconoce Francisco García, presidente de la Asociación de Autoescuelas en Cáceres.

Clases online / Para hacer frente a ese miedo y también para reducir el riesgo para profesores y alumnos, la autoescuela Las Arenas, en Cáceres, ha comenzado a trabajar con sus alumnos a través de clases online. En ellas un profesor explica a los alumnos la clase teórica, mientras otro les atiende en un chat y resuelve las dudas. «En el confinamiento empezamos a trabajar este modelo y los alumnos lo valoran bien», explica Alberto Monge, responsable de este centro. Aún así han adaptado las instalaciones a los requerimientos impuestos por el Ministerio de Sanidad: limitación del aforo al 30% en las aulas, mamparas para los trabajadores, mascarillas, hidrogel... «Lo que no veo bien es el uso de guantes para conducir», reflexiona.

Comparte esa percepción Pedro Paredes: «me parece contraproducente porque no es cómodo y se pierde sensibilidad. Supongo que se modificará ese requisito», apunta el profesor, que este martes ha dado ya varias clases prácticas. Al término de cada una de ellas, el coche se debe ventilar y desinfectar todas las zonas sensibles que haya tocado el alumno, como tapicerías, volante, palanca de cambios o el salpicadero.

Y Junto a las limitaciones que impone la crisis sanitaria, se une otro problema que no es nuevo en el sector. Especialmente en la provincia de Cáceres: la falta de examinadores. Esa situación, que ya causó movilizaciones, vuelve ahora con la reducción de jornada de los evaluadores para reducir la posibilidad de contagios y con la incorporación de la plantilla de forma progresiva (el 50% en la fase 2 y la totalidad a partir de la 3).

«Si antes podían examinar a 12 alumnos cada uno, ahora serán 10 como máximo en el caso de Cáceres. Aún no sabemos a cuántos en los centros de desplazados, según cómo se compute ahí su jornada laboral», dice García. Por eso plantea una vieja solución que demandan: «si no pueden reforzarse las plantillas de examinadores, que permitan entrar a servicios privados. Es algo que funciona en Portugal y también en España y en Extremadura con las ITV», planea.