Parece que las Comunidades Autónomas afectadas a través de una Ley Ambiental y no de la correspondiente Ley relativa a la planificación hidrológica, que sería la próxima ley del Plan Hidrológico Nacional, que es donde han de sustanciarse estos asuntos, han llegado a un consenso para que se impida trasvasar agua a Levante desde la cabecera del Tajo, cuando el volumen almacenado en el complejo Entrepeñas-Buendía no supere los 400 Hm3.

La única variación sobre la situación actual del trasvase Tajo- Segura es que la cifra que congela los trasvases se eleva desde 240 Hm3 actual, hasta a 400 Hm3. También se retocarán, lógicamente, las cantidades acumuladas mensualmente que necesitarían autorización del Consejo de Ministros para trasvasar agua. Por lo demás la problemática del trasvase continúa exactamente igual.

Y es que con una ley de 1971, ya ha llovido, poco, desde entonces, se detraen recursos hídricos de una cuenca que ni en su cabecera ni en su curso posterior dispone en la actualidad de agua sobrante para ser trasvasada, ya que la necesita para poder atender sus demandas tanto económicas como ambientales y cumplir con los compromisos del Convenio de Albufeira con Portugal. La reducción de aportaciones de lluvia, como el aumento de demandas experimentados a partir de 1980 así lo atestiguan.

La solidaridad ha de ser virtud muy importante en España dados los desequilibrios territoriales mantenidos a lo largo de la historia. Pero ceder un recurso necesario para el desarrollo de las Comunidades Autónomas de la cuenca del Tajo, como es el agua, no es solidaridad, es tal vez estulticia.

XSOBRE TODOx porque, utilizando directamente o de un modo indirecto el agua de ese trasvase, van a ser legalizadas si se aprueba tal y como está en este momento el Plan Hidrológico del Segura, miles de hectáreas de regadíos ilegales puestos en marcha después del Real Decreto Ley 3/1986 de 30 de diciembre que los prohibía. Se aprovecha el nuevo plan hidrológico para, a mi juicio en fraude de ley, dar por buenos un montón de riegos ilegales con aguas externas a la cuenca.

Dadas las circunstancias que acontecen en el Segura y a pesar de la buena voluntad de los firmantes por dar carpetazo al problema, salvo que los murcianos alumbren nuevos recursos internos, los procedentes de la desalación podrían ser una solución aunque cara, este seguirá ahí, como ha ocurrido hasta ahora, en cuanto se produzcan las primeras situaciones de sequía. Al tiempo.