José Pérez y Baldomero Rodríguez Aguilar acudieron ayer al Aeropuerto de Badajoz para ver, aunque fuese de lejos, al niño saharaui de 8 años que tuvieron en acogida el año pasado y que este no podrán tener por decisión de los padres. La razón es su condición de homosexuales. En hassania, el idioma saharaui, el dolor que sufren ambos se traduce como yaujac . "Lo he visto y el beso que me ha dado me quita los males", manifestó uno de ellos con lágrimas en los ojos, mientras su esposo explicaba que "a lo mejor se creerán que esto se pega o que vamos con plumas todo el tiempo".

La experiencia que tuvo esta pareja el verano pasado, entonces recién casada, no podrá repetirla ante la negativa de los padres del niño, comunicada hace 15 días por correo electrónico a la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui, a que su hijo vuelva con la misma familia, explicó el coordinador del programa Vacaciones en Paz, Pedro Martín. Martín abunda en lo sucedido: "Es la primera vez que ocurre una situación como esta, es sorprendente, porque los niños podrán estar bien con cualquier familia, pero no mejor con esta, pero es una decisión de los padres y no podemos hacer nada. El año pasado no hubo pegas y el niño no podía estar en mejores manos ni con una familia mejor".

De hecho, añadió, "tenemos a muchos voluntarios en la asociación, y no es por nada, pero ellos son de los mejores". Para la asociación es "una situación incómoda, pero mandan los padres; no podemos hacer nada". En esta ocasión el niño, de 8 años, "llega sin familia asignada", según la pareja, que vivía su drama mientras los primeros 127 niños saharauis llegaban al Aeropuerto de Badajoz procedentes de Tindouf (Argelia), con destino a familias de la provincia de Badajoz.

Pérez y Rodríguez afirmaron que "la asociación debía hacer un escrito para responder a la familia e informarles de que infringen la Constitución española y si no quieren que acojan a su hijo familias homosexuales manden a su hijo a otro país". Insistieron en que es la primera vez que ocurre en España, por esta causa, pues hubo un caso de rechazo en otro lugar, pero en esa ocasión porque un miembro de la familia de acogida era parapléjico e iba en silla de ruedas".

Ellos tenían conocimiento de que los padres comenzaron a tener reservas al poco de volver el niño a los campamentos, "pero siempre nos daban salidas y nunca nos dijeron que no volvería", explicó Baldomero Rodríguez, quien señaló que "el padre es un hombre culto, que habla perfectamente español, pero cruel, porque no ha dicho nunca nada hasta ahora".

Cuando el padre habló con la pareja en uno de los viajes, "nos dijo que no lloráramos, porque el niño era su hijo y era también nuestro hijo, y que el niño podría quedarse en España a estudiar con nosotros, pero al final nos ha dado con la puerta en las narices, nos ha destrozado", explicaron.

Estaba previsto que ayer llegaran 136 niños, pero un grupo no puedo resolver problemas de última hora con el pasaporte, por lo que llegarán en sucesivos vuelos. El segundo grupo llega hoy con 95 niños, destinados a familias de la provincia de Cáceres. Y mañana llegarán 113 menores. En total, este año vienen a Extremadura 344, la mayoría de 8 a 12 años. Una vez que llegan al aeropuerto, se les organiza para ir en autobús al centro de coordinación establecido en Talavera la Real, donde son recogidos por las familias de acogida.

Muchos de los niños, que han ganado sus vacaciones con las notas y asistencia a clase, tienen una edad distinta a la indicada, y es porque vienen con problemas de salud, algunos celiacos. En todo caso, pasarán todos por los centros de salud de sus familias de acogida y si les detectasen alguna dolencia recibirán el tratamiento adecuado. En caso de necesitar una operación o tratamientos más complejos, pueden quedarse durante el tiempo que sea necesario.