Estudiar sobre materia agrícola tiene ciertas ventajas en la región. Y es que, según los datos ofrecidos por la Junta de Extremadura, el 80% de los alumnos que estudian en los centros de Formación Agraria Reglada consigue un puesto de trabajo en ese sector una vez finalizada su formación académica.

Una media de 350 jóvenes, que eligen el campo para desarrollar su futuro laboral, se forma cada año en los centros de Don Benito, Villafranca de los Barros, Moraleja y Navalmoral de la Mata, mediante los ciclos, módulos o programas de garantía social que oferta la Administración regional. De ellos, 280 consiguen en poco tiempo un trabajo relacionado con lo que han estudiado.

Para el curso que viene, la Consejería de Agricultura y Desarrollo Rural ha recibido ya 277 solicitudes de matrícula para optar a alguna de las 380 plazas ofertadas, y aún queda casi un mes para cerrar el plazo.

Oferta por comarcas

La oferta educativa de los centros de formación agraria es amplia y adaptada a las comarcas donde se imparten, aunque todos son de referencia regional.

Así, el centro de Don Benito está especializado en agricultura intensiva, maquinaria y producción integrada, mientras que el de Villafranca de los Barros centra su atención en las producciones de vid y olivo, la elaboración de vinos, así como la almazara y aderezo de aceituna.

Por su parte, el centro de Navalmoral de la Mata se dedica a la formación en trabajos forestales, y de conservación del medio natural y a las enseñanzas ecuestres; y en Moraleja se concentra la formación relativa a la ganadería y agricultura de montaña.

En la página web Agralia está disponible toda la información sobre el plan de estudios así como los requisitos para acceder a cada uno de los cursos ofertados.

Además de la educación, el Servicio de Formación Agraria lleva a cabo un plan de formación continua destinado a los profesionales del campo.

La finalidad es la capacitación específica de los agricultores a través de un programa que cubre las demandas inmediatas del sector, en cuanto a las cualificaciones mínimas exigidas por la Unión Europea para la incorporación al campo, para ser explotación prioritaria o para la obtención de carnets de manipulador o aplicador de productos fitosanitarios.

Para este año, la Consejería de Agricultura ha programado 231 cursos en la región con un presupuesto de casi cuatro millones de euros, en los que se espera que participen unos 12.000 alumnos en total, para alcanzar una agricultura "profesionalizada, multifuncional y sostenible".