"A todo el mundo le llega, pero era mi padre. He tardado mucho tiempo en verlo como me decían, que era una oportunidad. Yo solo veía la pérdida de él. Me daba mucha pena". José Antonio Sánchez es presidente de la Asociación para la Lucha Contra las Enfermedades de Riñón de Cáceres (Alcer) y trasplantado con un riñón de su padre a la muerte de este.

Sánchez desnudó su corazón el pasado miércoles en la Asamblea durante la gala de los Premios Derechos Humanos de Extremadura 2008, que se celebró dentro de las actividades que la institución dedica a los muchos extremeños por su lucha por los valores de en su vida diaria, y que reconoció la labor de Alcer Extremadura a la Solidaridad.

Sánchez, recibió el riñón de su propio progenitor a la muerte de este, y gracias a él, salvó la vida, como contó a EL PERIODICO. "Mi padre me donó el riñón pero no fue en vida. El contempló la idea de donármelo en los seis años que estuve en hemodiálisis" recuerda con nostalgia José Antonio Sánchez. "Tras su muerte me enteré que durante los 15 días que estuvo en coma nos hicieron pruebas de compatibilidad, algo que yo no sabía, y dió positiva".

Después de la noticia, el presidente del Alcer Cáceres fue ingresado en el hospital Infanta Cristina de Badajoz. "Me tiré yo solo cinco o seis días en el box --habitación-- de trasplante donde se me agolpaban muchos sentimientos contradictorios: yo prefería no tener ese riñón, seguir con la hemodiálisis y que mi padre estuviera vivo" afirma Sánchez. "Ahora mismo lo que he dejado es de pensar. Para mí mi padre me dió la vida doblemente porque ya me la dió al nacer y me la volvió a dar otra vez", comenta.

Con las mismas emotivas palabras, Sánchez, quiso reconocer y ofrecer sus gratitud a su progenitor cuando le entregaron el premio. Además, lo dedica a aquellos que lucharon "en un momento en que no había servicio de nefrología ni hemodiálisis, y lucharon por la donación de órganos después de una dictadura. Eso sí fue difícil", reconoce Sánchez.

Durante la entrega de premios, el vicepresidente del Parlamento, Luciano Fernández, destacó que la declaración de los derechos humanos es "imprescindible". H