El Real Monasterio de Yuste, dependiente de Patrimonio Nacional, sigue siendo un remanso de paz, donde cada tarde canta el mirlo, y al anochecer pintan caprichosas acrobacias en el cielo los murciélagos de herradura, que desde hace siglos viven en las dependencias monacales. Durante el día se nota que es lugar de oración --aunque ahora no haya monjes--, y pese al trajín de personas que llegan para recorrer las estancias donde murió el Emperador Carlos V, el día 21 de septiembre de 1558. El fallecimiento del monarca de los Austrias en el cenobio verato convirtió a este enclave ubicado en Cuacos, en pleno corazón de La Vera, en una de las joyas de la corona de Extremadura, en cuanto a reclamo turístico y número de visitantes se refiere.

En el interior se nota una importante mejora en limpieza, estética y ajardinamiento, con respecto al pasado, mientras que la zona visitable ha sido ampliada, con la inclusión en el itinerario de los claustros y refectorio, junto con la instalación en el palacio carolino de dos salas de exposiciones permanentes, y un museo en la sacristía de la basílica.

Una de las citadas salas está dedicada a objetos originales del Emperador, entre los que se encuentran algunas armas y relojes. La otra alberga una destacada muestra de pintura histórica del siglo XIX, relacionada con la estancia de Carlos V en Yuste, con obras firmadas por Miguel de Jadraque, Benito Mercadé y Francisco de Paula Van Halen, entre otros.

Por otra parte el museo que hay en la sacristía contiene cuadros restaurados por Patrimonio Nacional, relicarios religiosos y algunos de los bocetos de estatuas esculpidas por Pietro Torrigiano.

La prolongación efectuada en el itinerario de visitas, junto con la posibilidad de contemplar destacadas obras artísticas, han incidido positivamente en el número de visitantes, ya que según datos de la Delegación de Patrimonio Nacional, en el pasado mes de julio fueron 5.409 personas las que visitaron este importante enclave histórico, frente a las 5.173 que lo hicieron en el mismo periodo de tiempo en 2010, y pese al aumento en el precio de las entradas aplicado desde el pasado día 12 de julio, con tarifa básica de 9 euros por persona y 4 euros reducida, con acceso gratuito miércoles y jueves de 15.00 a 18.00 horas de octubre a marzo, y de 05.00 a 08.00 de la tarde de abril a septiembre. También están exentos de pago los profesores con carnet de docente.

Por último el mediodía se acerca, la visita está a punto de concluir, y el justiciero sol de agosto descarga sus rayos entre las ramas de los árboles, mientras los alumnos de jardinería trabajan en la adecuación de estos espacios florales, que pronto podrán ser visitados.