El pasado mes de marzo, como es habitual en todas las campañas agrícolas, se firmaron los contratos de cultivo y compraventa de tabaco de la cosecha 2020 entre las Agrupaciones de Productores Agrarios (Apas) y las empresas de primera transformación.

El sector productor de tabaco ha continuado desarrollando su actividad prácticamente dentro de la normalidad en este último periodo; en el campo con la puesta y seguimiento de semilleros, así como con las labores preparatorias de las tierras previas al trasplante de tabaco, que se realizará a lo largo del presente mes de mayo. En cuanto a la transformación industrial del tabaco, la Compañía Española de Tabaco en Rama (Cetarsa), que es la única empresa con plantas de primera transformación en España, ha podido seguir con su actividad, salvo el periodo entre el 30 de marzo y el 8 de abril en que, de manera consensuada con los trabajadores, se decidió parar de acuerdo con la normativa sobre permiso retribuido recuperable, introduciendo, en su caso, las modificaciones precisas para cumplir de forma rigurosa con todas las medidas establecidas por las autoridades sanitarias para el control de los riesgos derivados del covid-19, y las específicas elaboradas por el Comité de Seguridad y Salud de la empresa, todas ellas en actualización permanente. La dirección de Cetarsa confía en poder finalizar el proceso de transformación dentro de los plazos requeridos y poder atender en tiempo y forma los pedidos de sus clientes.

En un escenario de fuerte incertidumbre general derivado de la irrupción del coronavirus, el sector del tabaco en rama en España, aún con dificultades, ha podido dar de nuevo una señal de estabilidad y de confianza en el próximo futuro. Esto es muy importante en Extremadura donde se cultiva la práctica totalidad del tabaco en rama producido en España.

La contratación total de tabaco para la cosecha 2020 ha alcanzado un volumen similar a la del año anterior, en cifras cercanas a las 29.000 toneladas de tabaco (75% por Cetarsa), con una superficie cultivada de 9.000 hectáreas y que ha abarcado a cerca de 1.200 explotaciones tabaqueras. La actividad del tabaco en rama es uno de los motores de la economía regional y un sostén muy importante del nivel de empleo en el medio rural.

Las plantaciones de tabaco en Extremadura, que concentra el 95% de la producción nacional, conforman el paisaje habitual en las comarcas de Campo Arañuelo, la Vera y el Valle del Alagón, donde toda la actividad directa e inducida por el cultivo y transformación del tabaco actúa como el eje fundamental del desarrollo económico de la zona.

Por otra parte, el sector del tabaco en rama ha tenido siempre un compromiso muy fuerte con las buenas prácticas de cultivo respetuosas con la adecuada preservación del medio ambiente, con un aprovechamiento óptimo de los recursos hídricos, la racionalizando el uso de abonos y productos fitosanitarios orientándolos a los de origen biológico en sustitución de los químicos, en el marco de la Directiva UE de Uso Sostenible productos fitosanitarios. También destaca el uso masivo de biomasa como combustible en el curado del tabaco Virginia.

Entre las empresas de primera transformación que operan en España, la empresa pública Cetarsa ha venido teniendo una posición determinante, representando tradicionalmente más del 75% de las compras totales de tabaco a los agricultores, lo que, a juicio de representantes de la empresa, pone de manifiesto la confianza del conjunto de los cultivadores de tabaco en Cetarsa; confianza que se renueva cada año.

La empresa apunta que, en las difíciles circunstancias de los mercados mundiales de tabaco en rama donde hay que competir con los tabacos producidos en China, Brasil o Zimbabue; Cetarsa y el sector productor han hecho un gran esfuerzo de nuevo en la contratación de la Cosecha 2020, y confían en que el desarrollo de la campaña se produzca en las mejores condiciones posibles a pesar de las dificultades que para todos está suponiendo el covid-19.

En este sentido, distintos representantes del sector del tabaco en rama señalan que la pandemia ha puesto de manifiesto la importancia del sector agrario como uno de los sectores esenciales y de sostenimiento del conjunto de la actividad económica.

Con ocasión de las movilizaciones del sector agrario que se produjeron a lo largo de los primeros meses de 2020, la opinión pública general pudo conocer los problemas del sector agrario y del mundo rural en general. Por su parte, la importancia del sector agrario se está visualizando con absoluta nitidez durante el periodo de confinamiento. El sector agrario insiste en la necesidad de que toda la sociedad sea consciente de la importancia de tener garantizado en todo momento el adecuado suministro de productos agrarios. Por ello, se debe de valorar el papel de los agricultores y establecer un marco adecuado que les permita desarrollar su labor en unas condiciones económicas adecuadas y pudiendo competir en condiciones de igualdad con otros productos procedentes de terceros países que, en algunas ocasiones, son de calidad inferior que los producidos en España y Europa y que, en la gran mayoría de los casos, están sujetos a unas normas de producción mucho menos rigurosas que las que operan en Europa y que garantizan la calidad y trazabilidad de la producción lo que coloca a los productos europeos en una situación de desventaja competitiva.

MOMENTO CLAVE / Todos esperan que estas inquietudes se tengan en cuenta en un momento crucial como este, en que se está abordando la reforma de la PAC en el ámbito general del marco financiero plurianual de la UE. Este proceso va a resultar particularmente complejo para este periodo 2021 -2027 toda vez que a las dificultades iniciales derivadas del Brexit se han añadido todas las consecuencias económicas y sociales que se derivaran de la pandemia y que alcanzarán a la práctica totalidad de países europeos.

Por otra parte, tanto el sector productor como las empresas de primera transformación de tabaco en rama integradas en la Organización Interprofesional del Tabaco han hecho continuos llamamientos a las principales empresas manufactureras multinacionales que operan en España, que representan más del 95% de las ventas totales de labores de tabaco, para que asuman compromisos a medio plazo con el tabaco producido en España, y así contribuyan y hagan realidad sus apuestas por el cumplimiento de sus objetivos en materia de responsabilidad social. En este sentido, fuentes de OITAB resaltan que en el mes de febrero se dirigieron a la primera empresa mundial en los mercados de cigarrillos, British American Tobacco (BAT) para que volviera a comprar tabaco en rama español de acuerdo a los compromisos que en su día había asumido y acordes con su posición en el mercado español de cigarrillos, todavía sin respuesta.