Están en peligro de extinción, pero son esenciales para la conservación de nuestro ecosistema. Sus producciones de leche o carne no las hace rentables y sin embargo, comerse un filete de vaca Blanca Cacereña, por ejemplo, o una caldereta de oveja Merina Negra es toda una experiencia de sabor al alcance solo de unos pocos. No son las vacas, ovejas y cerdos que habitualmente vemos pastar en llanos y dehesas extremeños, pero son los animales más nuestros. Por ello el banco de semen del Centro de Reproducción y Selección Animal (Censyra) conserva más de 612.000 dosis de esperma y embriones de las razas autóctonas en peligro de extinción. El ‘disco de rescate’ de la genética animal netamente extremeña está a buen recaudo y asegura que no desaparezcan en caso de un desastre zoológico o de cualquier otra contingencia.

La escasa rentabilidad de algunas razas originarias del país asentadas en Extremadura frente a la productividad de algunas razas integradas ha provocado que su número se haya reducido por debajo de 10.000 ejemplares censados. Eso las convierte en especies en peligro de desaparecer. Si estuvieran por debajo de los 2.000 estarían en peligro inminente de hacerlo según la clasificación del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama). También a su declive ha contribuido la caída de la renta agraria.

En Extremadura podemos destacar las siguientes: Blanca Cacereña, Berrenda en Negro y en Colorado, Cerdo Ibérico Lampiño y Torbiscal, Oveja Merina Negra, Cabra Retinta y Cabra Verata. También existiría una Cabra Hurdana, que aún está configurándose como asociación y de la que no existen datos oficiales. En ganado aviar finalmente destaca la Gallina Azul Extremeña en este catálogo de razas animales en peligro.

Actualmente en Extremadura existen 8.500 cabezas de cabras de raza Verata censadas, 7.500 inscritas en el libro genealógico, según datos de Aníbal Sánchez, director técnico de la Asociación Extremeña de Criadores de Caprino de Raza Verata Acriver y representante de la Federación de Razas Autóctonas Españolas en Extremadura (Federapes). Aunque la raza es extremeña también hay animales de esta raza en la comunidad de Castilla y León. «Desde que comenzamos a trabajar en la raza hace 14 años solamente la teníamos censada en Extremadura, pero después identificamos ejemplares en Castilla y León por Reina de San Pedro y Candeleda. Actualmente ya hay ejemplares en Valencia, Ciudad Real y Salamanca», explica.

Una de las dificultades con las que se encuentran los ganaderos es que tener muchos animales no es sinónimo de variedad genética. El objetivo es evitar la consanguineidad. «Puedes tener un rebaño con 1.500 cabezas pero genéticamente es como si sólo tuvieras dos o tres», indica Aníbal.

La historia de la raza Verata es similar a la de la Retinta, aunque la asociación de criadores se creó algo más tarde y un censo fomentado sobre todo por el Censyra, que ha ido cediendo animales de pura raza a los ganaderos interesados.

«Se valoró a esta raza exclusivamente por su poca capacidad lechera, pero no se tuvieron en cuenta otras facultades como su papel en el desbroce, y su capacidad para asentarse donde otros animales en extensivo no podrían. Es animal robusto. Hay un rebaño muy importante en Villarta de los Montes, aunque hay ejemplares en Portugal», indica.

SANTA ENGRACIA /El Censyra tiene en esta lucha por conservar estas especies un papel clave. Dispone de una finca de 250 hectáreas en la finca Santa Engracia de Badajoz, con una cabaña propia de varias razas. Ellos realizan estudios en campo de crecimiento de animales, cantidad de producción de leche, inseminación artificial y congelación de semen para que la raza no pueda extinguirse jamás.

Una de las razas más en peligro de desaparecer es la Blanca Cacereña. Según datos del Sistema Nacional de Información de Razas (Arca) existen 29 ganaderías distribuidas principalmente por Cáceres, aunque con una presencia discreta por Badajoz, con 950 ejemplares en total (830 hembras y 124 machos).

Muy interesante es el caso de las razas Berrenda en Negro y en Colorado. Aunque no es exclusiva de Extremadura, en nuestra región hay un considerable número de estas dos especies que están muy vinculadas con los toros de lidia, ya que se emplean fundamentalmente como cabestros. Berrenda en Negro hay en la región 910 animales censados, mientras que en Colorado 1.531, distribuidas en 13 y 19 ganaderías, según datos de 2016. La raza tiene una gran vocación de expansión y su presencia se ha hecho habitual en certámenes ganaderos como la Feria Internacional Ganadera de Zafra y la Agroganadera de Trujillo, donde se exhibe y vende.

La raza Merina Negra, a causa del color oscuro de su lana, fue progresivamente cayendo en el olvido, a pesar de que la Merina estuvo muy ligada a la economía nacional por su producción. Se cría en España y Portugal y curiosamente la calidad de su lana, fina y resistente, la convierten en perfecta para prendas como capas o alfombras. Extremadura, con 6.076 ejemplares censados en 2016 (5.587 hembras y 489 machos) es la cuna de su producción, seguida muy de lejos por Castilla y León (769) y Andalucía (174).

El Cerdo Ibérico de la variedad Lampiño ha sido erróneamente conocido como el pata negra por el color de su pezuña. Aunque Castilla y León (con 1.695 ejemplares censados en 2016) y Andalucía (1.057) se llevan la palma en cuanto a número, en Extremadura hay 599 repartidos en 21 ganaderías. En Cerdo Ibérico de la variedad Torbiscal sucede algo similar. En nuestra comunidad autónoma hay censados 1.495 ejemplares, solo superada por Andalucía, con 2.392 animales.

Finalmente habría que hacer mención a la raza aviar Gallina Azul Extremeña, de la que existen, según datos de la Junta de Extremadura, unos 1.000 ejemplares en todo el mundo. En noviembre del año pasado, la Junta de Extremadura dio el visto bueno para la inclusión de la raza de gallina Extremeña Azul dentro del Catálogo Oficial de Razas de Ganado de España. La raza Extremeña Azul comenzó a recuperarse como tal en la década de los años 80 del pasado siglo, cuando el doctor Orozco, investigador del INIA, encontró en la comarca de La Serena una gallina de plumaje gris parecida a Andaluza Azul, que incluyó en su libro sobre razas de gallinas españolas con el nombre de Gallina Extremeña Azul.

La Universidad de Extremadura también contribuye al rescate de las razas autóctonas ya que realiza merced a un convenio con las asociaciones ganaderas estudios genéticos que permiten hacer valoraciones de los animales.

Las razas productivas están muy seleccionadas, pero sin embargo tienen más problemas sanitarios que las autóctonas, más rústicas y resistentes a enfermedades. Además, hay animales que transforman su alimentación en características determinadas en su carne. Por ejemplo, la Blanca Cacereña o la Berrenda tienen un gusto más delicado y peculiar que no tienen otras razas muy cárnicas, con un crecimiento muy rápido, pero que no se traduce en sabor. En el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente se ha creado el distintivo 100% Raza Autóctona.

El pasado lunes 9 de enero el Diario Oficial de Extremadura publicó el decreto que regula el régimen de ayudas agroambientales y climáticas y la agricultura ecológica, para prácticas compatibles con la protección y mejora del medio ambiente, incluidas en el Programa de Desarrollo Rural de Extremadura 2014-20. Esta normativa incluye medidas para las razas autóctonas en peligro de extinción para que sus poblaciones experimenten el incremento suficiente para que salgan de esta catalogación.

Las razas que se incluyen en esta medida son Blanca Cacereña, Berrenda en Colorado, Berrenda en Negro, Morucha Variedad Negra y Cárdena Andaluza, así como Merina variedad Negra, Cabra Retinta extremeña, Verata y Blanca Andaluza o Serrana, Ibérico variedad Torbiscal, Ibérico variedad Lampiño y Gran Raza Asnal Andaluza.