Desde agosto del año pasado Pablo Díaz Jiménez es presidente de la OITAB, organización que integra a varias federaciones y asociaciones del mundo del cultivo de tabaco. Díaz muestra su preocupación por el incremento de los costes de producción y la futura reforma de la PAC, al que se une la negativa de la primera manufacturera tabaquera mundial, British American Tobacco (BAT), a comprar tabaco español, poniendo en riesgo empleos y pudiendo provocar el abandono del medio rural.

-Una de sus primeras decisiones ha sido pedir a British American Tobacco que reanude las compras de tabaco español. ¿Por qué?

--Ellos adquirieron un compromiso hace tres años, de los cuales sólo han cumplido uno de ellos. Es verdad que no hay un documento escrito, pero sí fotografías del encuentro con personal del Ministerio de Agricultura y el propio presidente de la Junta de Extremadura. Después la compañía ha dicho que no puede comprar y se justifica en el mercado.

-¿Cómo se entiende que una compañía del índice de Sostenibilidad de Dow Jones (única en su sector), por cumplir con sus compromisos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, no contribuya a la sostenibilidad del sector en España?

--En 2019, en nuestro país, la BAT tuvo una cuota de mercado próxima al 12%, vendió 265 millones de cajetillas, superando los 1.000 millones de euros de facturación. No entendemos por qué se dice que la compañía es sostenible y no puede comprar tabaco español. Visto lo visto, a España no le están aportando nada. El sector necesita que empresas como BAT compren tabaco, porque es de calidad y se produce de manera sostenible, como están haciendo las compañías, Imperial-Altadis, Philips Morris y JTI, que están seriamente comprometidas con las sostenibilidad de las comunidades locales, garantizando actividad económica y empleo en zonas deprimidas.

-¿Por qué ese desinterés por la hoja de tabaco española? ¿No cumple los mínimos de calidad exigibles?

--Somos un mercado estable, que siempre aporta el mismo número de kilos y nuestra calidad es muy aceptable, reconocida por los servicios técnicos de estas compañías e incluso por BAT. No entendemos por qué BAT no contribuye a la sostenibilidad de las zonas tabaqueras, donde viven muchas familias exclusivamente de este cultivo. En esa sostenibilidad no entramos sólo los autónomos agrícolas, sino también las industrias que giran alrededor del tabaco.

-¿Qué marcas vende BAT a los fumadores españoles?

-Las más conocidas son Lucky Strike o Pall Mall, aunque últimamente está apostando por el vaping o cigarrillo electrónico, uno de sus nuevos productos. Su cuota total de mercado es del 12%, aproximadamente, lo que debería justificar su interés por la compra de tabaco nacional.

-El incremento de costes y la reforma de la PAC también contribuyen a ese clima de incertidumbre del sector. ¿Qué esperan de la negociación en Bruselas?

-Esperamos que el Gobierno de España trabaje y sude hasta la última gota. La nueva PAC, que actualmente se negocia en Bruselas, y las posibles ayudas de tabaco contribuyen también a la sostenibilidad. Si los costes de producción son superiores al precio al que vendemos el producto, vamos a tener un norte de Extremadura vaciado de gente.

-¿Cómo califica la actual campaña tabaquera en curso?

-Ahora mismo estamos terminando de vender el tabaco. En cuanto a precios, ha sido un poco mejor que la anterior. La producción ha sido prácticamente similar y de calidad. Esperemos que las grandes compañías sigan comprando el tabaco español, si no lo hicieran tendríamos que reducir la producción. Lo cierto es que una de las cuatro grandes compañías del mundo como es la BAT no nos lo compra, y no entendemos por qué, y está dificultando que las transformadoras mantengan la contratación.

-¿Son conscientes los consumidores en general de la importancia del cultivo para la economía en la que está asentado?

--Los consumidores, a nivel general, no son conscientes, en la zona productora sí. Sabemos que de una manera o de otra vivimos en torno al tabaco. Somos agricultores de un producto legal, que no ‘suena’ bien, pero hay que recordar que el 1% del PIB español es por impuestos de la venta tabaco, unos 9.000 millones de euros. No sé qué producto hay similar en nuestro país.